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Reportaje:ELECCIONES 2008 | Campaña electoral

¿Dónde está Acebes?

Rajoy huye de aparecer en campaña junto a los rostros más duros del PP

Alguien muy bien informado -el típico listillo- podría responder: "Pues ayer sábado estuvo en Zaragoza, el viernes en Bilbao y el jueves en Ávila". Pero la respuesta, siendo correcta, no es esa. Hay otra más precisa, que sirve además para cualquier día que se formule idéntica pregunta de aquí al final de la campaña: "Acebes está donde no esté Rajoy". Y lo mismo se puede responder si la pregunta se hace con Zaplana. ¿Dónde estaba ayer Zaplana?

Pues en Málaga, no. Porque en Málaga estuvo ayer...

Mariano Rajoy. El candidato del PP ofreció un mitin ante más de 5.000 enfervorecidos militantes. Lo hizo acompañado de Celia Villalobos y Javier Arenas, dos de los dirigentes más moderados de la derecha española, todo lo contrario a la imagen que desprende el dúo antes citado. Lo más curioso del asunto es que todo el interés que está poniendo Rajoy en no aparecer en campaña junto a Acebes o Zaplana es el mismo que ponen los socialistas en hacerlos aparecer juntos.

Rajoy se olvidó ayer de la economía y volvió a la carga con el terrorismo
González decía que quien llenara la plaza de Valencia ganaba La Moncloa

Para ello, claro, no han tenido más remedio que recurrir a la hemeroteca. El PSOE -como publicaba ayer este periódico- ha colgado en el centro de Madrid un cartel gigantesco -de 50 por 50 metros- donde aparecen juntos y aburridos Rajoy, Zaplana y Acebes bajo una fotografía donde Zapatero, la vicepresidenta y Solbes le sonríen a la vida. La idea del cartel partió de un sondeo en poder de los socialistas según el cual Rajoy no despertaba demasiado rechazo entre sus votantes, pero que la cosa cambiaba cuando entraban en escena Acebes y Zaplana. Así que los responsables de la campaña se pusieron a buscar fotos hasta que encontraron una donde los tres aparecían juntos y nada favorecidos. Lo cierto es que, molesto por verse agigantado por las calles de Madrid, Eduardo Zaplana declaró: "A mí que me fotografíen siempre con Rajoy y Acebes, y no con tres mentirosos como Zapatero, Solbes y De la Vega...".

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Pese al enfado de Zaplana, el mensaje publicitario que separa las dos fotos -"No es lo mismo"- parece asumido también por el PP. Después de cuatro años compartiendo terna con Rajoy, los subalternos más aguerridos de la cuadrilla de Aznar ya no aparecen juntos en el cartel y ahora tienen que torear en solitario por plazas de polvareda.

También supo de la dureza de esas plazas el actual presidente del Gobierno. Solo, acompañado de una maleta de color rojo, como si se tratase de un novillero, Rodríguez Zapatero se recorrió el país a mediados del año 2000 para intentar convencer a los socialistas de que lo auparan a la secretaría general de un partido por entonces roto. Cuatro años después, y a pesar de haber sido nombrado ya candidato a La Moncloa, Zapatero aún no se atrevió a solicitar la plaza de toros de Valencia para dar un mitin. Aún se cernía sobre él la sombra de Felipe González, quien había toreado allí muchas veces. González sostenía además que el candidato que consiguiera llenar la plaza tendría un pie puesto en La Moncloa.

De ello da fe la hemeroteca de este periódico. Una crónica firmada el nueve de octubre de 1982 por Bonifacio de la Cuadra informaba de que "más de 20.000 personas se dieron cita en la plaza de toros de Valencia en el más apoteósico de los mítines que el líder socialista ha celebrado desde el comienzo de la campaña". Recogía la misma crónica que aquel día González pidió un acuerdo parlamentario contra el golpismo. Y que Fraga le llamó "fresco". Dos datos que, cruzados, dejan constancia de que la crispación no tiene nada que ver con la peligrosidad de los tiempos.

Rodríguez Zapatero, ayer sí, se atrevió con la plaza de Valencia. Y, según se puede observar en la fotografía, la llenó. El reto tenía su aquel. Porque Valencia es, junto a Madrid, la comunidad donde el Gobierno del PSOE ha venido teniendo más problemas para desplegar su política. Y también porque el partido -que goza de una salud razonable en el resto del país- sigue allí hecho unos zorros, dividido, gobernado por una gestora.

Tras el mitin, Zapatero volvió a Madrid. Se encerró en La Moncloa junto a decenas de fichas preparadas por su gabinete para preparar el debate del lunes con Rajoy. Por lo visto ayer, el líder popular puede estar cambiando de estrategia. La economía -su caballo de batalla para aprovechar el fichaje de Pizarro- puede quedar en segundo plano. De hecho, el líder del PP ni se refirió a ella en su mitin de Málaga. Por contra, volvió a recurrir al ariete con el que el PP viene golpeando, día tras día, las murallas del gobierno: el terrorismo.

Sería por el fracaso de Pizarro contra Solbes o porque ETA volvió a intentar hacerse un hueco de sangre en la campaña, lo cierto es Rajoy volvió a la carga. Dijo:

-El 9-M nos jugamos derrotar al terrorismo.

Le respondió Zapatero:

-No me voy a disculpar por intentar la paz.

Hoy, Mariano Rajoy -que ayer por la tarde también estuvo preparando el debate- dará un mitin en Burgos. ¿Dónde estará Acebes?

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