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González defiende a San Gil contra el "nuevo fascismo" de increpar al que piensa distinto

Felipe González alertó ayer en A Coruña contra la aparición de "una nueva forma de fascismo", la de jóvenes que "caen en la tentación de llamar fascistas a quienes no piensan como ellos". El ex presidente del Gobierno se refería así a los que increparon a la dirigente del PP María San Gil o a la ex socialista Rosa Díez, dos políticas con una trayectoria que González dijo no compartir "pero que no son por ello unas fascistas". "Quiero decirles a esos chavales que no sólo no sean cafres, sino que pueden ser todo lo rebeldes que quieran sin caer en la intolerancia fascista, creyendo que así son antifascistas", abundó el ex mandatario ayer, en un mitin en A Coruña.

Ante más de un millar de personas, en el Palacio de la Ópera, a cuyas puertas se quedaron, por falta de aforo, otros 500 simpatizantes frustrados, González recordó que él también fue abucheado en 1993 en la Universidad Autónoma de Madrid por personas que tenía perfectamente identificadas y que no llamó a la Policía, ni se vino abajo por este incidente que se atribuyó a grupos ultraderechistas. "Lo aguanté", dijo al criticar al PP por aprovechar los recientes incidentes contra San Gil y Díez para atacar a Zapatero.

El ex mandatario apenas habló de Galicia porque su interés está, destacó, en hablar "del rumbo de España" en su conjunto. "Pero tengo que dar mi enhorabuena a los gallegos porque nunca me hubiera imaginado, hace 25 años, que Galicia en vez de exportar, por razones políticas o económicas, a seres humanos como ocurría entonces, exportaría como lo hace hoy ideas, moda y creatividad", dijo. Y recurrió como en Vigo al recuerdo de la emigración para replicar al "contrato de costumbre" que el PP de Mariano Rajoy propugna ahora para "integrar" a los inmigrantes. "Es un contrato como el que profesaban los Reyes Católicos para expulsar a los que no eran buenos cristianos o descubrir a los conversos. Aquí, ahora, al que no le guste el vino o el jamón está jodido", apostilló González.

El ministro de Cultura y cabeza de lista del PSOE por A Coruña, César Antonio Molina, se encargó en el mismo acto de reivindicar "la deuda" con González por "democratizar" España, hacer que entrase en Europa o crear "un instituto Cervantes gracias al que se puede aprender gallego en todo el mundo".

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