La confianza se tambalea
El sector financiero internacional continúa amontonando problemas derivados de la crisis de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos. El goteo de malas noticias sienta muy mal en los mercados de valores, en los que nadie sabe a ciencia cierta hasta dónde pueden llegar las amortizaciones de activos ni cuánto tiempo seguirán produciéndose.
Para colmo de males, la inflación hace sonar las alarmas en Estados Unidos al alcanzar el 4,3% en enero, coincidiendo con las dudas, más que razonables, de los inversores sobre si aquella economía se ralentizará, como defienden los responsables monetarios o entrará en recesión. Por el momento, el dato de construcción de viviendas de enero mostraba una subida del 0,8%, lo que apoya la hipótesis del estancamiento. Los nuevos permisos de construcción, con un descenso del 3%, apuntan en sentido contrario.
La Bolsa española terminó esta sesión dentro del comportamiento uniforme de los mercados europeos, lo que anotó una pérdida del 1,43% en el Ibex 35. La Bolsa de París bajó el 1,49% y la de Francfort el 1,47%.
Los precedentes con que contaban los inversores para esta sesión eran, además del malestar en el sector bancario, la llegada del precio del petróleo a los 100 dólares el barril y la espectacular caída de la Bolsa de Tokio, que perdió el 3,25% en esta última sesión.
Aunque el Ibex 35 consiguió mantenerse por encima del nivel de los 13.000 puntos, en algunos momentos llegó a perder esa cota, con lo que parecía demostrarse que no hay nada garantizado a corto plazo.
El principal problema de los mercados en tiempos de crisis es que, aunque haya soluciones en marcha, sus resultados nunca son inmediatos, lo que provoca la impaciencia de los inversores y da lugar a un notable incremento de la volatilidad que, en este caso, ya dura varias semanas.
La contratación en el Mercado Continuo subió hasta 4.805,88 millones de euros.
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