Pasos de baile en la fachada de un hotel
La danza vertical, con gomas y arneses, irrumpe en la sala Mirador
Reegers, bangys y grigris son algunas de las palabras que forman el lenguaje secreto de los bailarines de las paredes, cuando hablan de técnicos de altura, gomas elásticas y frenos. Estos acróbatas sin vértigo representan la vanguardia de la danza, a medio camino entre el baile vertical y la poesía aérea, como se pudo contemplar ayer en la fachada de un hotel madrileño durante la presentación del espectáculo que se estrena este jueves en la Sala Mirador, Sobre, vivir... Al tiempo.
Ni la lluvia ni el frío impidieron que una pareja vestida de chaqué y traje de noche se descolgara por la pared, balanceándose y bailando en una prerrepresentación tan onírica como arriesgada protagonizada por Mabel Aquerreta y Horacio Olano. "En realidad, puede parecer peligroso, pero no hay nada más seguro que esto; en cada actuación, los reegers, los técnicos de altura, controlan que el bailarín tenga el arnés bien colocado y que las sujeciones funcionen correctamente, porque nos jugamos mucho", explica Pedro Aunión, coreógrafo y director de la compañía De Hecho, que ha consolidado su carrera con maestros como Lindsay Kemp o La Fura dels Baus. Y añade: "Esta representación al aire libre formaba parte de nuestro espectáculo inédito Sueños, pero el que presentamos en la Sala Mirador será distinto".
Su particular pulso a la gravedad se traducirá en Sobre, vivir..., la primera parte de la función, que mezcla movimientos de péndulo a ocho metros de altura y vuelos rasantes con la nariz sobre el suelo. "Nosotros no hemos inventado esto, lo vi por primera vez en Argentina, pero la verdad es que en España sólo trabajamos dos compañías especializadas en danza aérea". Según Aunión, "se trataba de ir más allá en el teatro, con arneses que usaba mucho La Fura, con el tempo distinto que implica estar suspendido en el aire y la poesía de la danza; eso es lo que enseñamos en nuestra escuela para profesionales, donde sólo podemos entrenar a unos pocos, porque si se pone todo el mundo a hacer esto y alguien se cae, sería un desastre".
También su mentora Mónica Runde, dos veces Premio Nacional de Danza, tuvo que aprender el uso de las bangys para componer Al tiempo, la segunda pieza que completa el espectáculo. "Es la primera vez que trabajo con aéreos y lo que más me ha impresionado ha sido la sensación de libertad, después de toda una vida bailando con la gravedad tirando de ti; mi próximo reto será aprender poleas y después puenting", bromea Runde. No descarta incorporar estas nuevas técnicas a sus coreografías "terrestres" para la compañía 10&10 Danza. Su creación, con música de Etienne Schwartz, narra la historia de amor entre un hombre y una muñeca que guarda en una caja. "Creo que será espectacular: no sólo por ver a los bailarines en vertical, sino por los vuelos sobre las cabezas de los espectadores", remarca Runde.
Sobre, vivir... Al tiempo. Compañía De Hecho. Sala Mirador. Calle del Doctor Fourquet, 31. Del 21 de febrero al 2 de marzo. www.ciadehecho.com
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