Asenjo salva al Valladolid
El Valladolid está tocado. Los siete goles del Bernabéu han dejado secuelas. El fútbol luminoso con el que se presentó en Madrid y que había servido para tener una temporada apacible en mitad de la tabla ha pasado a mejor vida, pero el de Mendilibar es un equipo que tampoco sabe ser práctico. Tras adelantarse en el marcador y contar con todos los espacios del mundo para rematar el trabajo, tuvo que ser el portero, Asenjo, el que rescatase un punto para los suyos cuando el Mallorca apenas había trabajado para obtener un saldo tan positivo.
Mendilibar cambió el plan y decidió que era el momento de dar consistencia al centro del campo. Despidió a Vivar Dorado, colocó a Borja en el once inicial y el efecto fue inmediato: el Valladolid cerraba las grietas que habían facilitado las últimas derrotas y se dotaba de una seguridad casi olvidada, pero a la vez regresaba a su versión más fabril, al estajanovismo en la presión y poco más porque no había quien colocase un balón decente a los delanteros.
VALLADOLID 1 - MALLORCA 1
Valladolid: Asenjo; Pedro López (Aguirre, m. 83), García Calvo (Manchev, m. 88), Rafa, Marcos; Álvaro Rubio, Borja; Sisi (Baraja, m. 75), Víctor, Sesma; y Llorente. No utilizados: Alberto; Capdevila, Vivar Dorado e Iñaki Bea.
Mallorca: Moyá; Scaloni, Ramis, Nunes, Fernando Navarro; Pereyra (Basinas, m. 66); Varela (Trejo, m. 65), Ibagaza, Jonás (Borja Valero, m. 46); Arango y Güiza. No utilizados: Lux; Tuni, Ballesteros y Héctor.
Goles: 1-0. M. 37. García Calvo cabecea al palo y el rechace lo remata Llorente a puerta vacía. 1-1. M. 77. Ibagaza, de penalti.
Árbitro: Paradas Romero. Amonestó a Marcos y Moyá y expulsó a Nunes (m. 86) por doble amonestación.
Unos 17.000 espectadores en Zorrilla.
Mientras tanto, el Mallorca se defendía con suficiencia, pero sufría porque Ibagaza, Güiza y Arango estaban de más en el césped. Y en ésas llegó el gol de Llorente en una jugada embarullada.
El Mallorca inició la segunda parte con el gesto y la actitud cambiados. La entrada de Borja Valero tras el descanso provocó que el cuero cambiase de bando y que Ibagaza se liberase de las obligaciones defensivas que le habían tenido cosido a los centrales durante todo el primer tiempo.
Entonces apareció Asenjo, que primero detuvo un lanzamiento a quemarropa de Borja Valero y después robó a Güiza el balón en dos ocasiones cuando el delantero se había quedado delante de la portería. Sólo desde el punto de penalti consiguió el Mallorca batir a Asenjo y convertir en un punto su reacción de la segunda parte.
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