Un equipo intrascendente

El Betis es uno de los actores principales del fútbol español, envidiado por el afecto y la identificación de su hinchada y reconocido por un estilo amigo del genio y la improvisación. Desde hace ya algunas temporadas, el Betis mantiene el apoyo de sus seguidores y sigue dando motivos para que se hable de él. Pero su notoriedad ya casi se reduce a las astracanadas protagonizadas por su directiva y especialmente por su accionista mayoritario, Manuel Ruiz de Lopera. En lo que es estrictamente fútbol es prácticamente intrascendente.

El conjunto verdiblanco se basa en la actualidad en un núcleo de canteranos llegados al primer equipo hace ya cinco temporadas o incluso más. Futbolistas como Arzu, Doblas, Juanito, Capi y más recientemente Melli forman, casi de manera inevitable, el armazón al que se suman los demás protagonistas. Y es que Capi, fijo en la plantilla desde 2000 aunque debutara en 1997, ha trabajado a las órdenes de hasta diez entrenadores. En los actos de celebración de la victoria en la Copa del Rey de 2005, el entonces entrenador Llorenç Serra Ferrer, le pidió a Ruiz de Lopera que era la hora de hacer un proyecto campeón. El club prefirió pasear el trofeo por peñas, festejos y hasta bodas por toda Andalucía mientras el equipo daba los primeros síntomas de devaluación. "Con las cosas que se dicen, con las que cosas que pasan, nos vamos a hacer hasta antipáticos", se lamenta uno de sus ex jugadores más laureados y queridos, Rafael Gordillo.

El Betis, con 25 puntos, está a uno de los puestos que llevan al descenso y con uno menos que la temporada pasada, tres más que hace dos y 13 por debajo de los que tenía en la 2004-2005. Gordillo culpa a la estrategia de la directiva y defiende a los jugadores. "No seré yo el que diga que la plantilla no tiene calidad. Cada uno hace lo que sabe y no tiene la culpa de que le hayan fichado o lo largo que sea su contrato", dice. Los fichajes verdiblancos suelen ser compromisos muy largos, destacando los de Denilson y Benjamín, que fueron de 10 años. Aunque Gordillo defiende a los jugadores, entrenadores como Víctor Fernández o Serra Ferrer se quejaron tanto pública como privadamente de la posición de debilidad del técnico ante una plantilla que sabe que más temprano que tarde se irá mientras que ellos seguirán. Curiosamente, los que han pedido irse han sido sus figuras, como Joaquín y Oliveira dos cursos atrás.

El Betis es un conjunto sin estrellas y con cada vez menos gancho en el mercado. Para muchos, el mejor análisis lo hizo Marcelino y su negativa a fichar si no se depuraba en profundidad la plantilla.