Romney da su apoyo a McCain
El senador por Arizona despeja su camino hacia la candidatura republicana para la presidencia
El ex candidato presidencial Mitt Romney pidió ayer a sus delegados que voten al senador de Arizona John McCain en la convención republicana que se celebrará en septiembre en el Estado de Minnesota. Después de su fulgurante victoria del pasado martes en las primarias de Virginia, Maryland y Washington, McCain recibió este apoyo como un aval necesario para convencer a los grupos más conservadores de su partido de que, con toda probabilidad, será el candidato en las elecciones presidenciales estadounidenses del próximo 4 de noviembre.
McCain sumará a sus 827 delegados los 286 que Romney consiguió antes de retirarse de la carrera presidencial el pasado 7 de febrero. En este momento, el senador tiene 1.113 votos asegurados en la convención republicana. Para dar por segura su nominación debe conseguir 78 más, una tarea fácil para un candidato que ya acumula 16 victorias en otros tantos Estados desde que comenzara el proceso de primarias el pasado 3 de enero.
Desde su triunfo en el supermartes, cuando barrió en nueve de los Estados en liza, McCain ha intentado consolidar su liderazgo cortejando a los líderes conservadores de su propio partido. Periodistas y contertulios de la órbita del núcleo duro del Partido Republicano, como Ann Coulter o Rush Limbaugh, han dicho en las pasadas semanas que preferirían votar a la candidata demócrata Hillary Clinton antes que a McCain. "El senador va a aniquilar la línea conservadora del partido", dijo Rush Limbaugh en su programa de radio.
Respaldo en el partido
El miércoles uno de los líderes de este ala conservadora dio su apoyo al senador. John Boehner, portavoz del grupo republicano en la Cámara de Representantes, calificó a McCain de "héroe americano" y aseguró que es un "defensor acérrimo de la seguridad nacional americana y un ferviente abogado de la santidad de la vida humana", en referencia a su posición en contra del aborto.
En el Senado, McCain también ha recibido apoyos cruciales, como el de Thad Cochran, un senador republicano que en enero dijo que imaginarse a McCain en la Casa Blanca "le daba escalofríos".
Con esta llamada a filas por parte de algunos líderes conservadores, McCain está más cerca que nunca de convencer a su propio partido de lo obvio: lo único que le falta para ser el ganador es arrebatarle unas decenas de delegados a su único competidor, el reverendo baptista y ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee. Esta misma semana el director de la campaña electoral de McCain, Rick Davis, envió un comunicado a la prensa en el que explicaba que Huckabee debería ganar el imposible porcentaje del 123% de los delegados restantes para asegurarse la nominación. En su discurso después de ganar en Maryland, Virginia y Washington, McCain se mostró condescendiente con su único rival. "El gobernador Huckabee mantiene la campaña interesante. Demasiado interesante, a veces", explicó.
Los ahora aliados McCain y Romney mantuvieron una amarga rivalidad durante toda la campaña. El pasado 28 de enero, Romney pidió a los votantes que se preguntaran si querían a un presidente "que como senador, ha actuado como un demócrata liberal".
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