¿Esto pasa en otros países europeos?

¿El trabajo que he hecho hoy ha servido para algo? Esto es lo que pensé al ver unas imágenes en la televisión, la otra noche mientras cenaba en compañía de mis tres hijos adolescentes.

La imagen que me derrumbó fue la del máximo dirigente de la mayor federación deportiva, señor Villar, fumando un enorme puro a la salida de algún acto u hotel. Me hice la pregunta sobre el sentido y la utilidad de lo que había hecho ese día, y habían hecho otras muchas personas como yo en España.

Había estado toda la mañana desarrollando un taller sobre tabaquismo con adolescentes en un instituto. ¿Por qué fuma la gente? ¿Quién se beneficia del tabaquismo? ¿Qué le añaden al tabaco? Y muchas preguntas más. Había tratado de transmitir al alumnado que fumar no es la norma, que empieza a estar mal visto socialmente, etcétera. La metodología de "aprenda a pensar, reflexionar y desarrollar habilidades sociales que luego le sirvan en la vida diaria".

Sé y soy consciente de que los resultados de este tipo de intervenciones son muy modestos, pero también sé, que si no se hace el adolescente pensará lo que piensan a esta edad: el tabaco lo dejo cuando quiero, no me hace daño, etcétera.

Señor Villar y otros personajes públicos, ustedes fumen si quieren fumar, son libres de hacerlo, pero no eche por la borda el trabajo que hacemos educando a adolescentes. Tienen una responsabilidad ante la sociedad de cuidar estos aspectos.