Arranca la campaña en Italia

Walter Veltroni, alcalde de Roma desde hace siete años, dimitió ayer de su cargo para dedicarse de lleno a la campaña electoral como candidato del Partido Democrático (PD). Veltroni se despidió con un breve discurso, durante el cual no pudo evitar la emoción y alguna lágrima. A la ceremonia asistió el hombre fuerte de Silvio Berlusconi, Gianni Letta, quizá otro síntoma del nuevo espíritu de diálogo y entendimiento nacido entre Veltroni y el centro-derecha. Los últimos sondeos dan una ventaja a Berlusconi de entre siete y diez puntos sobre el candidato del PD.

A la vista de esas señales, Veltroni hizo un nuevo llamamiento a los italianos: "En el país hay una gran inquietud hacia lo nuevo, cada cosa que nace nos da miedo, hay un espíritu de conservación que es el demonio, pero el país debe liberarse de él porque necesita renovación".

Veltroni se reunió ayer con Antonio di Pietro, ex juez del proceso Manos limpias y hoy líder del partido Italia de los Valores (IDV), y ambos alcanzaron un acuerdo para unirse tras las elecciones del 13 y 14 de abril en el grupo del PD.

El ex magistrado, que anunció que cada grupo concurrirá con su símbolo, expresó "la voluntad común de no presentar en las listas a personas condenadas". La alianza sentó peor que mal en el Partido Socialista, rechazado hace unos días por Veltroni en aras de su nueva estrategia de soledad que queda ahora en soledad técnica. El jefe de filas del PS, Enrico Boselli, dijo que Veltroni ha encontrado en Di Pietro un "óptimo compañero de viaje" para borrar del mapa a los socialistas. Los sondeos dan al histórico PS un 0,5% de intención de voto.

Mientras, los radicales de Emma Bonino esperan "mayor claridad" de Veltroni para cerrar también su acuerdo con el PD. "Queremos una coalición sólida desde el punto de vista del programa y las reformas económicas", dijo Bonino, "pero Veltroni tiene otra aproximación que aún debe formular mejor. Esperamos su contraoferta".

Las réplicas del terremoto político motivado por la decisión del PD de presentarse en solitario afectan también a la derecha. Los democristianos de Pier Ferdinando Casini (UDC) decidieron, en la línea deseada por los obispos, presentarse con su propio símbolo y su propio partido. Berlusconi logró en cambio una incorporación vistosa para su lista, la de Alessandra Mussolini, secretaria general de Acción Social, nieta del dictador.

Los comunistas, con Fausto Bertinotti como candidato, y unidos en la Izquierda Arco Iris con los verdes y otros abandonados por el PD, se presentan por primera vez sin el clásico emblema de la hoz y el martillo. Bien entrado el siglo XXI, parece que la nostalgia de la política italiana empieza a remitir.