"He visto crecer al Getafe como a un bebé"
Belenguer, único titular que sigue en el equipo desde el ascenso a Primera en 2004
"Sí que pasa el tiempo, sí... Al Getafe lo he visto crecer como si fuera un bebé. Cada año nos hemos superado un poquito más". Cuatro temporadas después del debú del Getafe en la Primera División, los únicos futbolistas que se mantienen incombustibles en su plantilla son Mario Cotelo, Manuel Tena y David Belenguer. Los dos primeros ni siquiera han ido convocados a Atenas, donde el Getafe afronta hoy el partido de ida de la Copa de la UEFA contra el AEK (19.00, Telemadrid).
El caso de Belenguer (Villasar del Mar, Barcelona; 35 años) es distinto. No es un veterano cualquiera. No hace bulto. "Es nuestro gran capitán. Por su jerarquía en el vestuario y su pedazo de personalidad", le define Ángel Torres. Y eso, según el presidente del Getafe, "no es normal. En contra de lo que se piensa, los futbolistas no suelen tener mucho peso".
"Totalmente de acuerdo", asegura Mariano Pernía. El lateral del Atlético todavía recuerda la cara que se le ponía a Belenguer cuando, tres campañas atrás, olvidaba sus obligaciones en la defensa getafense para lanzarse al ataque. "David es muy serio dentro del campo. Como en la vida. Es la voz que todos escuchan en el vestuario. ¡Es muy responsable!", prosigue.
Jugador de costumbres, Belenguer le ha echado un ojo al rival de más pedigrí de la tarde. A Rivaldo. Para saber por dónde intentará el regate: "No hay que descuidar nada... Ninguno mantiene la frescura de otras veces".
"Pero a cambio él es muy coherente", interviene Manolo Ruiz. El segundo de Bernd Schuster en el Madrid recuerda la importancia del zaguero en sus dos años en el Getafe: "Su carisma no es forzado. Hay capitanes que llegan ahí por antigüedad. No es su caso. Quizás ha explotado muy tarde... Bernardo y yo nos apoyamos mucho en él". "No sólo eso. Hizo mejores a sus parejas. A Albiol, Nano y Alexis", apostilla el director deportivo, Santiago Llorente.
"La verdad es que hemos hecho un buen dinero traspasándoles", cuenta Belenguer con orgullo. Con contrato hasta junio de 2009, el capitán es uno de los puntales de una plantilla de retales, confeccionada con un presupuesto de poco más de 20 millones de euros. "Y eso que cuando le fichamos parecía que se iba a retirar del fútbol", recuerda Torres. Tras jugar con el Extremadura y el Betis en Segunda, el central estaba a punto de irse al Tenerife. El Getafe, tras desprenderse de dos fichas, le convenció antes de tomar el avión hacia las islas Canarias.
"Y mira cómo cambia la vida. Si hasta hemos cumplido nuestro objetivo en Europa, que era llegar a la fase de grupos... Pero eso no cambia nada. No podemos permitirnos descender a Segunda. Lo que al final nos da de comer es la Liga", porfía Belenguer. Mientras tanto, valora el juego atractivo que practica el equipo: "Es una de nuestras señas de identidad. Quique Flores puso los cimientos, Schuster logró el salto de calidad y Michael Laudrup busca perfeccionarlo. Por eso, en parte, estamos donde estamos. Toca disfrutarlo porque, por muy bien que te vaya, no sabes qué te deparará el futuro".
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