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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Esquerra inquieta a sus socios

Enric Company

La repetición de votaciones en las que los diputados de Esquerra Republicana (ERC) se unen a la oposición para votar en contra de sus aliados en el Gobierno catalán está comenzando a alarmar a los socios, Partit del Socialistes e Iniciativa per Catalunya-EUiA. Pero no es la primera vez que el Parlament adopta una resolución a sabiendas de que es totalmente inútil, o que choca contra la realidad de las cosas. Uno de los ejemplos máximos, pero desde luego no el único, que ha quedado para la historia se dio en 1994, cuando la mayoría parlamentaria formada por Convergència i Unió felicitó al Gobierno por una campaña antiincendios que había fracasado estrepitosamente y no había podido evitar que ardieran nada menos que 35.000 hectáreas de la Cataluña central.

El permanente forcejeo entre CiU y ERC ha hecho que en cuatro meses haya habido tres votaciones que han roto la mayoría de gobierno: la que pedía el cese de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez; la que proponía crear una veguería del Penedès, y la del jueves pasado sobre el paso del AVE por Barcelona.

Con toda la delicadeza de que fue capaz para no echar más leña al fuego, el portavoz del grupo socialista, Miquel Iceta, expresó en el debate sobre el túnel del AVE su preocupación por el daño que esta reincidencia causa a "la dignidad institucional y las buenas prácticas" del Parlament.

Iceta habló de varios tipos de votaciones que, a su juicio, deberían evitarse: 1. Votar sobre asuntos en los que Cataluña no tiene competencias, ni capacidad de veto. 2. Votar la reprobación de miembros de otros gobiernos. 3. Votar resoluciones que no tienen ninguna consecuencia política, ni ejecutiva, ni alteran mayorías. 4. Votar resoluciones trampa, cuya única finalidad es poner a algún grupo en contradicción. 5. Votar con la oposición, pero seguir en el Gobierno. 6. Votar de cierta forma sólo cuando hay campaña electoral. 7. Votar el mismo partido a favor o en contra de algo según esté en el gobierno o en la oposición. 8. Votar para desgastar pero no para construir; para justificar posiciones, pero sin asumir responsabilidades y votar desentendiéndose del resultado.

Las actuaciones así tipificadas por Iceta no son patrimonio de ningún partido. Los propios socialistas, por ejemplo, tienen que hacer frente a recurrentes acusaciones de votar en Cataluña a favor de propuestas que luego rechazan en el Congreso de los Diputados. Es, por ejemplo, lo que sucedió en 2004 en tres proposiciones de ley sobre competencias y funciones de los Mossos d'Esquadra, la Junta de Seguridad de Cataluña y la policía local.

Los diputados catalanes del PP, con Josep Piqué y el portavoz Francesc Vendrell al frente, votaron en la Comisión Constitución Mixta Congreso-Parlament en contra de los dos títulos del nuevo Estatuto de Autonomía que en el Parlament habían apoyado.

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Entre las resoluciones del Parlament ridiculizadas por hechos posteriores a su adopción destacan dos impuestas por los diputados de CiU en los denominados caso Casinos, en 1994, y caso Cullell, en ambas ocasiones librando de toda responsabilidad política al Gobierno de CiU y a los políticos del partido implicados en ellos. En el caso Casinos, la posterior resolución judicial dejó sentado que efectivamente había habido financiación irregular de CiU, aunque el Parlament hubiera votado lo contrario. En el segundo, el consejero Josep Maria Cullell tuvo que abandonar el Gobierno cuando la publicación de unas supuestas conversaciones telefónicas lo implicaron políticamente en el asunto, una operación urbanística irregular.

Las dificultades de ERC para escapar de la presión de CiU en ciertos momentos originó en marzo de 2007, a pocas semanas de la campaña de las elecciones municipales, que ambos grupos presentaran en el Parlament sendas resoluciones sobre el derecho de Cataluña a la autodeterminación abocadas al fracaso. Fue a raíz de que el diputado republicano Xavier Vendrell afirmara que su partido estaba dispuesto a hacer presidente al líder de CiU, Artur Mas, si éste se comprometía a convocar un referéndum para la independencia de Cataluña.

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