_
_
_
_
_
Reportaje:

Aprender sin ir a la escuela

El Ararteko pide a la Administración un debate sobre la enseñanza en casa

Intentar educar a sus hijos en casa, algo habitual en países como Estados Unidos, Francia o Portugal, le ha causado unos cuantos problemas al estadounidense Michael Branson y a su mujer Ketty Sánchez, irundarra de origen extremeño. Este matrimonio, que dirige una academia de idiomas en Irún, decidió el pasado año no escolarizar a dos de sus hijos, de 12 y 10 años, y optó por educarles en casa. La Fiscalía de Menores de San Sebastián les ha encauzado por desobediencia y abandono familiar.

"Tan sólo reclamamos educar a nuestros hijos de la mejor manera", recalca el matrimonio, convencido de que puede hacerlo mejor que el sistema educativo. La madre es profesora titulada de enseñanza media en historia y en lengua española. El padre tiene varios diplomas en estudios religiosos y los dos son profesores de inglés certificados por la Escuela Oficial de Idiomas.

Más información
"Estoy deseando que evalúen a mis hijos"

El matrimonio acudió al Ararteko tras recibir la primera llamada de la fiscalía. El Defensor del Pueblo se pronunció en favor de los Branson a finales de enero, argumentando que la obligatoriedad de la educación "no es sinónimo de escolarización". A su vez, abogó por que la administración educativa vasca promoviese un debate que "permita reflexionar sobre la procedencia de un reconocimiento legal" de estas nuevas formas de educación. A la espera de lo que decida la Fiscalía, la familia también dejó de llevar al centro educativo a sus otros dos hijos, de 8 y 6.

La respuesta del Ararteko no paralizará la causa judicial, pero sí ha alimentado la moral de la familia. "Nos somos ningunos delincuentes. Sabemos que tenemos que pasar por esto para que otras familias puedan enseñar en casa", señala Ketty Sánchez. Ambos aseguran que hay más de dos mil niños formados en casa en España. En Euskadi, el total no supera la treintena.

El Ararteko reconoce que esta ha sido, de momento, la primera queja de este tipo recibida en esta comunidad autónoma, aunque sí le consta que otros defensores del pueblo, en La Rioja y Andalucía, han tenido experiencias similares. El Ararteko considera que la Constitución establece la obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza básica, pero no define "de modo preciso que tal enseñanza básica debe ser sinónimo de escolarización".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Por ello, anima a las instituciones competentes a que den respuesta a este tipo de casos. "No queremos adoptar ninguna postura", precisó a este periódico el ararteko, Iñigo Lamarka. Tan sólo animamos a que se reflexione sobre este nuevo modo de educación". Lamarka espera con expectación la decisión que tome finalmente de la Fiscalía de Menores.

Para la familia Branson, la resolución del Defensor del Pueblo ya supone una victoria. Con esta respuesta, acudirán el próximo mes de marzo a la Comisión de Educación del Parlamento vasco para exponer su caso y dar a conocer la Asociación por la Libre Educación (ALE), que acaban de fundar. Su mensaje principal será demostrar a los parlamentarios que no incurren en ningún delito con su postura.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_