Un juez vincula a Urquía con una trama para ganar ocho millones
Una funcionaria judicial informaba al ex magistrado marbellí suspendido
El titular del juzgado de instrucción número 11 de Málaga, Juan Francisco Barroso, vincula al juez Francisco Javier de Urquía, apartado del juzgado número dos de Marbella por una pieza separada del caso Malaya, con un plan "perfectamente diseñado" para obtener ocho millones de euros en una cuenta de Suiza. El dinero sería el precio que tendría que pagar un empresario, testigo protegido en la causa, para conseguir que se permitiera la venta de un hotel intervenido judicialmente dentro de la trama de blanqueo de capitales bautizada como caso Hidalgo, y de la que fue instructor Urquía.
Este supuesto plan, investigado por la Guardia Civil, ha acarreado la imputación del magistrado por cohecho, prevaricación y revelación de secreto en una causa que actualmente se encuentra en manos del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
En la investigación judicial, también está implicado Igor Mier, director de la revista de lujo Social Life y amigo de Urquía. Según se deduce del auto, su papel sería el de intermediario entre el empresario y De Urquía, y llegó a proponer al testigo protegido comprar la publicación que regenta para ocultar la transaccíón.
Esta investigación arrancó en una etapa en la que el magistrado estaba apartado del juzgado número 2 de Marbella. De hecho, todas las escuchas en las que aparece Urquía están anuladas porque el juez Barroso no es competente para investigar el caso al ser el ex magistrado aforado. El favor judicial que supuestamente negoció Mier estaba supeditado a que Urquía recobrara su puesto, por eso el precio supuestamente osciló entre 8 millones y 5,6 millones.
A pesar de todo, se advierte a través de las llamadas telefónicas pinchadas que Urquía se mantenía al tanto de las novedades del caso Hidalgo a través de la funcionaria María Luisa Álvarez. "Resulta que mantiene la misma actitud con cuantas visicitudes tienen lugar en el Juzgado de Instrucción número 2 de Marbella", añade el juez en el auto. En la causa también está imputado Arnaud Fabrice Bouhair, asimismo amigo de Urquía, por cohecho y revelación de secretos. En una de las escuchas Bouhair cuenta a Urquía cómo su madre, la empresaria Olivia Valère había almorzado con "alguien del TSJA", quien le habría dicho que Urquía volvería pronto a su puesto, lo que al final no ha ocurrido.
Según el auto, los encuentros y conversaciones entre el testigo protegido y Mier se sucedieron desde agosto, aunque terminaron desestimando el plan en octubre. En esta época los investigadores advierten que los implicados casi no hablan por teléfono y que sospechan que están siendo investigados. "Al parecer habrían desestimado la petición del testigo protegido, preguntando qué va a pasar, lo que motivaría el hecho de que De Urquía pretenda presuntamente abandonar la presunta operación ilícita diseñada", recoge la Guardia Civil. El mensaje con el que supuestamente se da por zanjado el tema se escribe en clave. Según el auto, lo envía Igor Mier al testigo protegido el 25 de octubre: "¿Cómo estás de tu brazo? Lo siento no puedo ayudarte con tus problemas. Te deseo una rápida recuperación".
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