La mala vida de Paddy Doyle termina a tiros en Estepona
Detenidos siete británicos por matar en Málaga a un 'capo' de Dublín
Paddy Doyle era un peso pesado del crimen en Dublín (Irlanda), pero la Costa del Sol se le quedó grande. Después de salir por pies de la isla, tras una serie de venganzas entre grupos del crimen organizado, se instaló en España dispuesto a dar un nuevo paso en su carrera delictiva. Probablemente pensó que era una gran figura y que podía jugársela a una banda de tráfico de drogas internacional o quizá, simplemente, su pasado le alcanzó.
El lunes, Doyle, de 27 años, fue víctima de una encerrona a las afueras de Estepona, a 90 kilómetros de Málaga. Le dispararon a plena luz del día, desde un todoterreno BMW de la misma cilindrada que el suyo. Cayó al suelo con cuatro balas en el cuerpo. Sus dos acompañantes, también vinculados al crimen organizado, escaparon ilesos.
Doyle era un delincuente peligroso, "un auténtico asesino"
El Cuerpo Nacional de Policía detuvo ayer en Estepona, 24 horas después, a siete personas, seis de nacionalidad británica y una irlandesa, con 155 kilos de cocaína. Los agentes vinculan el cargamento de droga, escondido en el doble fondo de muebles y cargado en un camión, con el asesinato. Sin embargo, se sospecha que el autor material de los disparos no está entre los apresados.
Doyle era un delincuente peligroso, "un auténtico asesino", según fuentes policiales. Los investigadores mantienen que estaba muy unido a los clanes de la droga de Liverpool y trabajan para descubrir quién y por qué ordenó su asesinato. La muerte pudo ser encargada desde Irlanda, donde tiene un pasado convulso, aunque se cree más probable que sea fruto un ajuste de cuentas entre narcotraficantes asentados en la Costa del Sol.
Ayer la prensa irlandesa repasaba minuciosamente la ficha policial de Doyle. "Aquí era un pez gordo en un estanque pequeño, allí era un pez pequeño, pero no se había dado cuenta", declaraba un agente irlandés al periódico Irish Independent. A pesar de que se calcula que Doyle llevaba dos años en España, mantenía su residencia en Dublín. Era miembro destacado de uno de los dos grandes clanes de narcotraficantes de Crumlin y Drimnagh, unas zonas cuyo control ha costado la muerte a 10 personas desde 2001.
Según fuentes policiales, estaba implicado en varios asesinatos, entre ellos el de Noel Roche, de 27 años, en noviembre de 2005. A él también le dispararon mientras viajaba de copiloto en un Ford Mondeo negro.
Pese a este largo historial de Doyle, la prensa irlandesa señala sólo una condena por llevar un cuchillo y producir un altercado en la puerta de un pub de Dublín en 2002. Le sentenciaron a cuatro años pero sólo cumplió uno.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.