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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Ninguneo

No puede ser más loable el esfuerzo que está realizando el candidato de IU, Diego Valderas para meter cabeza en el debate andaluz. Prácticamente, lo tiene todo en contra. Además de las carencias propias de una formación minoritaria, tiene que hacer frente a las especiales circunstancias por las que atraviesa su formación, más dividida que nunca. A eso se une que se ha visto obligado a presentarse por Huelva cuando lo lógico, tal y como él explicaba, es que lo hiciera por Sevilla en donde tenía más posibilidades. Al final, ha tenido que plegarse a la evidencia, esto es, a su escasa fuerza en el seno de su organización, dando paso como candidato por la capital andaluza a Juan Manuel Sánchez Gordillo, quien, al parecer, como líder de la CUT, es quien manda en la coalición. Todo podría quedar ahí, a la espera, por tanto, de lo que se decida en las urnas. Pero no ha sido así. La larga precampaña que se está registrando nos ha dado más de una oportunidad para comprobar cómo Valderas es ninguneado sistemáticamente. Lo último ha sido cuando el alcalde de Marinaleda se encargó de disipar, de forma contundente, cualquier posibilidad de futuros pactos con los socialistas como, tímidamente, se había atrevido a apuntar el líder onubense. Si se atreve a dejar mal públicamente a su presidenciable en este aspecto, cabe preguntarse qué no hará cuando se trate de asumir y defender el nuevo Estatuto andaluz, cuya aprobación no contó con su apoyo expreso.

Lo que ocurre es que, en esta materia, el mismo Valderas no resulta del todo inocente. Buena parte de culpa de lo que sucede la tiene él mismo. Se ha quedado sólo, haciendo la guerra por su cuenta y sin contar con voces cualificadas de acompañamiento que podrían imprimir cierto valor y credibilidad al mensaje de IU. El orillamiento, voluntario o forzoso, según se entienda, de personajes de relieve como Rosa Aguilar o Concha Caballero, dan buena cuenta de la crítica situación que padece esta formación. O lo que es lo mismo, el empobrecimiento ideológico que exhibe una fuerza política que tenia más que nunca bazas importantes a las que sacar partido como, precisamente, su decisiva contribución para sacar adelante la reforma estatutaria.

Igualmente, para luchar contra el ninguneo al que le pueda someter , en este caso, la opinión pública al andalucista, Julián Álvarez, no se descarta que, esta semana, irrumpa con nuevas propuestas, con tal de ocupar un espacio propio en la discusión política. Llama la atención su comparación con Obama pero estamos ante un recurso conocido en el andalucismo. Ya lo hizo en su día el también candidato a la presidencia, Arturo Moya quien se autodefinía, nada menos, como el "Kennedy andaluz". Lástima que el pueblo sea tan cicatero y no llegue a captar las verdaderas ansias de modernidad que nos llegan desde el otro lado del atlántico. Lo cierto es que en el seno del andalucismo los hay escandalizados por la falta de acierto en el mensaje que se articula sin que se frene así la fuga de votos hacia el PP.

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