"El PCE no deja respirar a IU"
Después de casi 30 años de militancia en el Partido Comunista (PCE), Concha Caballero ya no pertenece a sus filas: le han dado de baja por saltarse los formularios y retrasarse en las cuotas. Ella sostiene que se trata de una medida "absolutamente política" por su resistencia hacia el poder que ejerce el PCE en Izquierda Unida, de la que ha sido portavoz esta legislatura. Referente del sector crítico, acusa a su ex partido de ir contra los principios de IU y no dejarle respirar. Augura un "gran cambio" tras las elecciones. De momento, la ha fichado Gaspar Llamazares.
Pregunta. ¿Se siente rara?
Respuesta. Sí, en gran medida he dedicado mi vida, casi 30 años, al PCE y, claro... Aunque desde la creación de Izquierda Unida me he centrado más en el desarrollo de su proyecto. Es cierto que hace tiempo que me siento ajena a las prácticas políticas de la dirección del Partido Comunista, y subrayo, la dirección, no los compañeros, con los que comparto muchas cosas.
La cúpula del PCE está haciéndolo desaparecer política e ideológicamente
Diego Valderas no se ha dirigido a mí para que participe en la campaña
Desde que hace 10 años el PCE manda en IU, ésta ha ido para atrás
P. ¿Y apesadumbrada?
R. Hay algo de pena por la reducción ideológica del PCE, y el extrañamiento que muchos sentimos. Pero me cuesta trabajo vivir apesadumbrada, si lo estoy, procuro sacudirme el pesar y seguir andando.
P. ¿Va a intentar arreglarlo? ¿Renovarse el carné y pagar las cuotas que dicen que debe?
R. No voy a pedir ningún reingreso. Después de las elecciones quiero reflexionar con muchos compañeros que están en la misma situación a ver qué hacemos y en qué sentido nos movemos. En lo de las cuotas, como soy de pueblo, sí que quiero pagar si debo algo (risas). Pero de reingreso, nada, porque, evidentemente, es una medida absolutamente política. La dirección del PCE ha querido señalar que lo que yo represento no tiene nada que ver con el PCE.
P. ¿Lo han hecho con más militantes?
R. No lo sé. Creo que en mí se concentraban varios temas: desde que empezó hace más diez años un proceso de ocupación de IU por parte del PCE, he estado muy confrontada con eso, y públicamente.P. ¿Un ajuste de cuentas?
R. Es trazar límites, porque ahora en el PCE, y especialmente en la provincia de Sevilla, les encanta trazar rayas divisorias, levantar murallas... Pero yo sé de centenares de personas que se sienten excluidas, dadas de baja aunque no lo hayan hecho burocráticamente todavía. No se cuenta con ellas, ni con su opinión, se desprecian sus argumentos. Eso empobrece mucho al PCE. Al separar a tanta gente que tienen trayectoria lo que hacen es reducir el PCE al mínimo. Si alguien piensa que lo está fortaleciendo, es todo lo contrario: lo están haciendo desaparecer ideológica y políticamente.
P. ¿Piensa que le han hecho un favor al darle de baja?
R. Me lo dicen, pero no lo sé. Tengo una sensación contradictoria: me da pena y supone un cierto alivio de decir: "Vale, hasta aquí hemos llegado".
P. Admitirá que ha criticado mucho a la cúpula comunista. Le ha acusado de mangonear, de copar las decisiones de IU...
R. Es que lo pienso. Se puede dulcificar esa crítica y hacerla con más frialdad. Creo que desde hace diez años, cuando el PCE decide que quiere gobernar IU en todos los procesos, IU ha ido para atrás: ha perdido afiliación e influencia social. Y además, el PCE tampoco la ha ganado. Me parece un error político enorme. IU es unir a mucha gente que se sitúa a la izquierda del PSOE, ése era su principio fundamental, la pluralidad era consustancial. El PCE ha actuado en contra de esos principios fundacionales de IU, y de muchos otros, creando grupitos de presión, sin dejar respirar a IU.
P. ¿En IU de Andalucía manda ahora el PCE?
R. Sí.
P. ¿Responsabiliza al PCE de que usted no haya sido la candidata por Sevilla?
R. Hombre, ellos han hecho todo lo posible. No es la primera vez, ya en otras elecciones hubo movimiento. Sí, son los principales responsables.
P. Ha criticado mucho el proceso de la elaboración de las listas hasta el punto de renunciar a competir por su candidatura.
R. No me ha gustado, dejémoslo ahí, porque estamos en periodo casi electoral. No voy a decir nada en contra de las listas, sino todo lo contrario, pero para el futuro habrá que revisar los mecanismos.
P. ¿Qué le parece que le haya sustituido Juan Manuel Sánchez Gordillo, líder del CUT?
R. Ha sido la voluntad de la provincia de Sevilla y al, parecer, tenía el apoyo del PCE, que fue quien inicialmente lanzó su candidatura precisamente para evitar la mía. Bueno, pues ahí está, y me parece bien porque ahora no es el momento de discutir los candidatos, sino de hacer una buena campaña.
P. ¿Ha participado en la elaboración del programa?
R. Muy poco. Se han introducido algunas cosas que ha elaborado el grupo parlamentario.
P. Diego Valderas baraja un pacto con el PSOE en la Junta.
R. Yo plantearía las cosas de otra manera. A las elecciones no se puede ir hablando de gobierno y de los pactos, hay algo que se ha olvidado Diego cuando dice "queremos ser influyentes". Es que en esta legislatura hemos sido muy influyentes, tanto que la mitad del Estatuto es nuestro, que las leyes sociales tienen enmiendas numerosísimas de IU. O sea, ya lo hemos sido, y si el pueblo andaluz nos da más votos podremos ser mucho más influyentes. Se está olvidando la trayectoria de esta misma legislatura.
P. ¿Echa en falta en los discursos de sus compañeros la reivindicación de esta etapa?
R. Ellos no quieren reivindicarla porque temen que reivindicar este periodo sea reivindicarme a mí. Entonces, parece que han decidido correr la cortina. La riqueza de IU en estos cuatro años es la gran aportación que ha hecho con escasísima representación parlamentaria. Hemos mejorado y cambiado leyes absolutamente vacías. Hemos conseguido darles vida, carne. Y en el Estatuto, lo reconoce el 100% de los partidos, parece mentira que mi fuerza política no lo reconozca.
P. ¿Qué opina de que uno de los ejes de la campaña de IU sea el republicanismo?
R. En elecciones autonómicas es difícil reivindicar la república. Es más propio desde un debate general. A mí me gusta el republicanismo, pero como construcción social, como principio político. No tanto hacerse la foto con alguna iniciativa de sustitución de la monarquía por la república porque así no se va a conseguir.
P. ¿Le ha pedido Diego Valderas que participe en la campaña?
R. No, no se ha dirigido a mí. Me han mandado una carta que han enviado a los 200 miembros de la dirección andaluza para que facilitemos fechas, etcétera. La dirección federal de Gaspar Llamazares sí me ha pedido que participe en la estatal.
P. Junto con el PA, se quejan mucho del bipartidismo de PSOE y PP, pero algo tendrán que ver ¿no?
R. Sin duda. A los partidos pequeños los problemas se les multiplican por el difícil acceso a los medios. La capacidad de influencia es más reducida. Pero una buena propuesta política, y trayectoria, podrían hacer, por ejemplo, que IU recuperara el 20%.
P. Sólo llevan una mujer de cabeza de lista, la de Almería, con escasas posibilidades, si no ninguna, de salir. ¿Qué grupo parlamentario van a tener ustedes sin ninguna mujer?
R. Eso me causa mucha tristeza porque ¡hemos dado tanta batalla con el tema de las mujeres y hemos conseguido tantas cosas! Empezando por las listas cremallera, que son únicas en España. En la teoría somos muy feministas, pero en la práctica, falla garrafalmente.
P. La composición del Parlamento en esta legislatura ha sido una rareza: por un lado, los tres líderes de la oposición no han tenido escaños, y las tres portavoces han sido mujeres, además de la presidenta.
R. Los líderes, ¿y las mujeres portavoces no éramos líderes? Hasta qué punto el lenguaje ayuda a conformar la realidad. ¿Arenas es líder pero Teófila no lo es? Lo digo por no hablar de IU.
P. Arenas es el que manda en el PP andaluz.
R. Eso es lo que ocurre, que hay muchas mujeres en el escaparate, pero en los entresijos de la política hay muy pocas.
P. ¿Qué va pasar con IU cuando terminen las elecciones?
R. Se va a abrir un debate muy grande, sea cual sea el resultado. Estamos en víspera de un gran cambio.
P. ¿Y ese cambio pasa por una escisión?
R. Espero que no.
P. Ahora que está fuera del PCE, ¿cómo se define, cómo comunista o como socialista?
R. Ahí hay una trampa, si digo que me defino como socialista, enseguida se remite a un espacio político en el que no estoy. Pero tampoco estoy en el comunismo ortodoxo, en absoluto. Me sitúo en una vocación muy social, ecologista e igualitaria. Desde luego, soy de Izquierda Unida, más que nunca (risas), porque ya no formo parte del PCE, me han echado.
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