Ortega fusiona las sociedades que gestionan su fortuna
Su hija Marta entra como socia en las firmas que canalizan las inversiones
Nueva vuelta de tuerca a la estructura patrimonial de las sociedades que canalizan las inversiones del dueño de Inditex. Amancio Ortega ha procedido a impulsar la fusión de dos de sus principales sociedades, Inversiones Menlle y Caroada, en las que su hija Marta es, respectivamente, administradora y vicepresidenta. De estas firmas, que operan a modo de holding dentro del entramado societario de la primera fortuna de España, cuelga, entre otras sociedades, uno de los instrumentos inversores más utilizados por el empresario, Gramela. Ésta y Alazán, dependiente de Pontegadea, cuentan con un capital social conjunto de 510 millones de euros.
Marta Ortega es administradora y presidenta de las empresas fusionadas
En un proceso de reestructuración de participaciones que no cesa, el 26 de diciembre, el secretario del consejo de administración de ambas empresas, José Arnau, presentaba en el Registro Mercantil de A Coruña un proyecto de fusión por el cual Inversiones Menlle absorbe a Caroada. La presidenta de Inversiones Menlle es Flora Pérez, la segunda mujer de Ortega.
Marta, de 25 años y única hija del matrimonio, es desde finales de 2006 administradora de las sociedades patrimoniales que utiliza su padre para controlar el algo más del 59% que posee en Inditex. Desde entonces ocupa las vicepresidencias de Partler 2006, entonces de nueva creación y a la que se transfería el 9,3% de la compañía, y una renovada Gartler, que mantiene el 50,01% restante de Inditex.
La incorporación de Marta al holding textil, en paralelo a la asunción de responsabilidades dentro de su estructura patrimonial, ha sido muy cuidada por el equipo de Ortega. Si primero, y tras la salida a Bolsa de la compañía, en abril de 2001, Marta se desprendió del paquete de acciones que poseía (otro tanto hizo su hermana Sandra, primogénita del matrimonio entre Ortega y Rosalía Mera, que vendió 12,4 millones de acciones), pronto se incorporaría como administradora a las sociedades que canalizan la fortuna familiar.
Marta no es solamente la benjamina del presidente y principal accionista de Inditex. Tampoco se queda en heredera, en la hija llamada a suceder algún día a Amancio Ortega. Es, también, algo más que una de las administradoras de las sociedades patrimoniales a través de las cuales la familia controla la compañía, todo un indicador de su progresivo aumento de responsabilidades en los últimos dos años. Y, desde luego, mucho más que una empleada al uso, dentro del entrenamiento que desde hace meses viene realizando para conocer las entrañas de la matriz de Zara. Porque la hija menor de Ortega es ya accionista directa en el gigante textil, según confirman fuentes del grupo, con "una participación apenas significativa", cuyo porcentaje no ha trascendido.
Inditex, como otras compañías, no está obligada a comunicar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores paquetes por debajo del 3% del capital. Desde el pasado 1 de enero, la nueva normativa de la autoridad bursátil sobre accionistas significativos obliga a revelar la presencia en el accionariado de una compañía a partir de ese porcentaje. Antes, sólo debían comunicarse las participaciones superiores al 5%.
Aunque no está sentada en el consejo de administración, Marta Ortega suma un paquete de acciones similar a los de otros consejeros de Inditex, entre ellos el vicepresidente y consejero delegado, Pablo Isla, y vocales como Juan Manuel Urgoiti, Carlos Espinosa de los Monteros e Irene Miller. Isla, para aplacar la caída del valor en Bolsa, anunció este mes la adquisición de 14.700 títulos por 503.056 euros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.