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Un tercio de las inmigrantes trabaja sin contrato, el doble que los varones

La población extranjera cubre el 60% del empleo en el sector servicios

Trabajos invisibles y menospreciados como el cuidado y el servicio doméstico se han convertido en la principal, y a veces única, posibilidad de encontrar empleo para las mujeres inmigrantes, que representan el 49,2% de la población extranjera en Euskadi. Esos nichos de actividad les permiten colocarse con mayor facilidad que los hombres, pero les imponen unas condiciones alarmantemente precarias. Datos proporcionados por el Observatorio Vasco de Inmigración, Ikuspegi, revelan que el 32,4% de ellas trabaja sin contrato; el doble que los varones (15,9%).

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El estudio El sector servicios y la inmigración en la CAV presentado ayer en Bilbao por el Centro de Información del Trabajador Extranjero (CITE) de CCOO, confirma la situación de desigualdad. Pese a que el 91% de las mujeres dadas de alta en la Seguridad Social se sitúan en el sector servicios, en 2006 sólo el 32% de los extranjeros contratados en él fueron mujeres. Además, el 46,19% está contratada a tiempo parcial, frente al 11,77% de los hombres.

La población femenina sufre menos paro (el 11,5% está parada frente al 23,6% de hombres, estima Ikuspegi) por la abundante oferta de trabajo en el servicio doméstico y los cuidados. Pero la presidenta de CITE, Felisa Piedra, denuncia que "sus condiciones de trabajo son pésimas y en algunos casos rozan la esclavitud". "Trabajan más de 10 horas, con apenas cinco de descanso diario, con sueldos y vacaciones por debajo de los mínimos legales", concreta Óscar Arenas, autor del estudio.

Además, "la relación cercana con los empleadores en el servicio doméstico hace que los intentos de regularizar se planteen como ayuda o favor, y no como obligación", critica Diego Jauregi, portavoz de SOS Racismo-Biz-kaia. Subraya que muchas emigran con una buena formación, pero se encuentran con que "el Estado español no reconoce casi ningun título de fuera. Y, aunque lo haga, casi siempre se valora menos por ser de países del Sur".

La sociedad contemporánea se enfrenta a una paradoja: el envejecimiento de la población y la incorporación de la mujer al mercado laboral convierten al cuidado en uno de los nichos profesionales con más futuro. Sin embargo, sigue siendo uno de los más despreciados e invisibles, lo que afecta directamente a la situación de sus empleadas. "Y se desvalorizan más aún por convertirse en trabajos de inmigrantes", añade el miembro de SOS Racismo.

Un buen motivo para prestigiarlo y regularlo es reconocer que la emancipación de la mujer occidental ha dependido de la posibilidad de contratar a empleadas del hogar. Así lo subraya el estudio de CC OO, y destaca la asociación de mujeres inmigrantes Malen Etxea: "Europa se plantea la igualdad sin cuestionar el sistema patriarcal. En vez de involucrar al hombre, se ha hecho un trasvase de las tareas a un perfil muy determinado: mujeres extranjeras, pobre y no blancas". Éste es para Xabier Aierdi, director de Ikuspegi, un "dilema irresoluble": "La posibilidad de conciliación de las [mujeres] autóctonas pasa por sacrificar la de las extranjeras. Pero si los hombres se implicaran en el cuidado, el mercado laboral podría absorber a menos inmigrantes".

Que CC OO centre su estudio en el sector de los servicios se entiende al considerar los datos más sorprendentes: los inmigrantes representan apenas el 5% de la población vasca, pero ya cubren el 60% del empleo en áreas como la hostelería y el servicio doméstico. Además, frente a otras comunidades donde la construcción y la agricultura tienen más peso, en Euskadi el 61,82% de los contratos a extranjeros en 2006 se realizaron en el tercer sector.

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