Micropoemas entre música y humo
Escena Contemporánea comienza en el Círculo con 'Striptease cardiovascular'
"Al principio me dieron muchas ganas de llorar. Se me pasaron. Pero me dieron las mismas ganas de que lloraras tú". Carcajadas. La mujer del escenario se enciende un pitillo y continúa: "Desde entonces estoy superada. Pero con hache intercalada". Y el pianista confirma su ironía con tonos alegres entre los aplausos del público. El espectáculo Striptease cardiovascular, de la poeta underground Ajo y el músico Nacho Mastretta, sirvió anoche de introducción a la octava edición de Escena Contemporánea. Micropoemas efímeros y cáusticos que desnudaban intimidades, acompañados por la improvisación al piano, la armónica y el clarinete.
"Son poesías sociales porque lo que nos une a todos es la emoción. Y por eso no sabemos qué espectáculo haremos cada día. Depende de nuestro estado de ánimo... del ambiente que crea Mastretta con el piano. El mismo poema nos puede salir más ácido o más tristón", explica Ajo, que desde hace más de tres años se dedica a desgranar estas greguerías y dispararlas contra el público, también en formato canción, como "Te voy a tener que matar. / Te voy a tener que matar. / El día menos pensado te encuentran cosido a besos".
El Círculo de Bellas Artes acogió anoche un espectáculo similar al que durante semanas han presentado en la sala Clamores, aunque con menos risas que las acostumbradas en espacios pequeños y cómplices.
"Antes, cuando buscabas la palabra Micropoema en Google te decía: '¿No querrás buscar, por casualidad, micropene?' ¡Cómo han cambiado las cosas!'", reflexiona Ajo entre una nube de humo. El humo forma parte de la austera escenografía: el piano, un atril con los poemas y un cajón del que sacan sonajeros de ruido similar a la serpiente de cascabel. Y del Striptease cardiovascular salen conclusiones como ésta: "Estoy pensando que si pongo una fábrica de higos, la llamaré Higos de Puta".
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