Empujado a 'dejar' la Iglesia
Un cordobés reniega de la jerarquía católica tras el funeral de su madre
Inflexibles se han mostrado algunos sacerdotes de Córdoba con Francisco Osuna y su actual familia. ¿Su gran pecado? Romper un anterior matrimonio celebrado ante la Iglesia católica y haber rehecho su vida junto a otra mujer. El último grotesco episodio que ha tenido que sufrir Osuna ocurrió el pasado domingo durante la misa celebraba por la muerte de su madre. El sacerdote que oficiaba la ceremonia negó a su actual esposa la comunión por estar casada por lo civil. El cura conocía bien la situación de esta pareja porque era el hermano de la fallecida y, por tanto, el tío de Osuna.
Pasaban ya varios minutos de las 12 de la mañana en la capilla del tanatorio de las Quemadas de Córdoba. Cuando llegó el momento de comulgar, Merche, la esposa de Osuna, se levantó como muchos de los presentes y se puso a la cola para recibir la comunión. Pero llegó su turno y el cura se negó a darle la oblea consagrada. "Le dijo algo así como que circulara", recuerda Osuna.
Osuna ha decidido abjurar del catolicismo, "que no del cristianismo"
"Creo que he tenido mucha paciencia con la Iglesia católica"
"Mi mujer se quedó fatal. Empezó a llorar y yo tardé unos segundos en reaccionar... 'Pero si es mi tío', pensé".
Dice Osuna que antes sentía "admiración" por tener un tío sacerdote. Ahora, siente una "doble pena", por la pérdida de su madre y por el desagradable incidente del domingo. "Mi mujer y mi madre tenían muy buena relación... Mi madre veía a Merche como una nueva oportunidad para su hijo". Osuna ha decidido renegar del catolicismo, "que no del cristianismo".
Este periódico ha intentado conocer la versión de Francisco Molino, el sacerdote que negó a la mujer la comunión. Sin embargo, el cura ha rehusado dar explicaciones al considerar que se trata de un asunto "sin interés".
Lo cierto es que Osuna sostiene que la pareja ya se había planteado si podrían ponerle pegas a ella a la hora de ir a comulgar la noche anterior. "El divorciado soy yo", fue el argumento que le dio a su esposa para convencerla de que no habría problemas, algo que finalmente no ocurrió.
Los desvelos nocturnos de este matrimonio por este asunto no estaban fuera de lugar. Sobre todo si se tienen en cuenta los antecedentes.
Hace seis años, este matrimonio vivió otro desagradable incidente en otra iglesia de Córdoba. Querían bautizar a su primer hijo y el sacerdote, al enterarse de que estaban casados por la vía civil, se lo negó. "Luego nos lo permitieron, pero a condición de que no lo divulgáramos por Córdoba", asegura Osuna.
Unos años después, su relación se dio de nuevo de bruces con otro sacerdote inflexible en la parroquia del parque Figueroa. Ellos iban a ser los padrinos del hijo de la hermana de Merche. Y el cura, que era un miembro lejano de la familia de él, les dijo que era imposible al no estar casados por la Iglesia. Finalmente, el bautizo se celebró en otra parroquia de la ciudad en la que no pusieron ningún problema.
"Creo que he tenido mucha paciencia con la Iglesia", afirma resignado Osuna, quien dice no querer levantar más polvareda con el incidente del domingo pasado al tratarse también de un asunto familiar. Pero, al momento, la indignación le sale a borbotones. "Esto me ha servido para convencerme de que la Iglesia está en tonterías y ha perdido la palabra de Jesucristo", sostiene. "Cualquiera que haya leído las escrituras sabe que Cristo no le niega a ninguna persona acercarse a él. Se juntó con lo peor de la sociedad. ¿Cómo ahora la Iglesia niega que alguien reciba a Jesucristo? Él jamás lo hubiera hecho".
Según los preceptos vigentes de la Iglesia católica los divorciados y casados por la vía civil tienen prohibido el sacramento de la comunión. El actual papa Ratzinger, cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, no dejó lugar a dudas en una carta emitida en 1994. Posteriormente, durante el XI Sínodo vaticano que se celebró en 2005, la Iglesia católica cerró de nuevo la puerta a esta posibilidad, pese a que algunos obispos más aperturistas reclamaban un cambio que no fue atendido por la curia. En aquel mismo sínodo, también se negó a las mujeres poder ser ordenadas sacerdotes al igual que a los hombres casados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.