Aire fresco

Fiel a lo prometido, cuando llegó de nuevo al PP andaluz, Javier Arenas ha hecho un enorme esfuerzo para que cada cargo público de este partido se aplique en su puesto y no ostente más de dos responsabilidades ejecutivas ni internamente ni en las instituciones. Una persona, un cargo, les advirtió a los suyos hace cuatro años, cuando volvió para sucederse a sí mismo y descubrió que había demasiado pluriempleo. En cumplimiento de este precepto, ineludible para todos salvo excepciones, las candidaturas del PP al parlamento andaluz, como ya saben, incluyen para las elecciones de marzo a 25 miembros en puestos de salida que son alcaldes o concejales. Cinco de ellos, además, cabezas de cartel que ya encabezaron otro cartel hace apenas un año, el de aspirantes a alcaldes de sus municipios. Si todos salen elegidos -ahora tienen 37 diputados-, la excepcionalidad de la norma habrá superado a la propia norma y se volverá a demostrar que los partidos políticos crean sus reglamentos internos para poder luego incumplirlos.

Arenas ha justificado su decisión afirmando que las listas incluyen "lo mejor que tenemos" y parece evidente que lo mejor que tiene su partido son los alcaldes, que ganan las elecciones municipales en sus localidades y probablemente pierdan las autonómicas liderados por él. La otra gran novedad de las listas es que están cargadas de "aire fresco", que es la manera que ha tenido el líder del PP andaluz de explicar que el 60% de los integrantes no figuraban en las candidaturas de las pasadas elecciones. Son las cosas de las estadísticas, que permiten computar como renovación en las listas a él mismo, por no haber sido candidato hace cuatro años y serlo ahora por la provincia de Almería.

Ha habido tal ventilación de las candidaturas al parlamento andaluz, que apenas ha quedado aire fresco para renovar las listas al Congreso de los diputados, donde repiten dirigentes que les hablan ya de tú a los leones de las Cortes. Soledad Becerril por Sevilla, diputada desde 1977; Gabino Puche por Jaén, de elección en elección y de Andalucía a Madrid desde 1980; Celia Villalobos por Málaga, que va ya por la séptima vez que aparece en la candidatura, seis de ellas encabezándola, o Teófila Martínez, que tras su pluriempleo en Andalucía vuelve a compatibilizar la alcaldía con la política nacional, a la que llegó en 1987. Menos mal que Ramón Palacios, el que fuera alcalde de La Carolina, salvo sorpresas de última hora, dejará su vacante al Senado por Jaén, aunque haya sido a cambio de que su hija entrara como aire fresco "familiar" en las listas al parlamento regional. Total, que salvo en el caso de la cabeza de cartel en Granada, a los candidatos se les podrá reprochar de todo, pero no su falta de experiencia.

No sé si los ciudadanos debieran preocuparse por el pluriempleo de sus alcaldes en el Parlamento andaluz. Creo que no demasiado. Si Chaves nos hubiera puesto ya ADSL a todos, aunque sea de medio mega, con sólo teclear el ordenador y buscar la hemeroteca de este mismo periódico podrían leer una crónica de Isabel Pedrote de octubre del año pasado donde contaba que los alcaldes del PP que han sido diputados en la pasada legislatura iban a Sevilla un día sí y seis no. Según el registro de la Cámara, apenas asistieron a uno de cada dos plenos del Parlamento autonómico. Hasta esa fecha, había dos alcaldes -Luis Rogelio Rodríguez Comendador, de Almería y Pedro Rodríguez, de Huelva- que habían aguantado, desde su inicio hasta el final, en dos de cada diez sesiones a las que asistieron. Y que, además, acabaron la legislatura realizando, el primero de ellos una iniciativa parlamentaria y el segundo el doble. Dos. Dos iniciativas. Del Gobierno hablamos otra semana. De las listas del partido en el Gobierno, quiero decir.