Edu asfixia al Espanyol

De área a área sin entretenimientos. Desentendidos de las florituras y del juego combinatorio, el Espanyol y el Betis plantearon un duelo de tintes británicos, físico y sin remolones que entorpecieran todo el juego que no fuera vertical. Le funcionó mejor al Betis, que apuró hasta el último resuello para poner la puntilla, para doblegar a un Espanyol que acabó con la lengua fuera y la bombona de oxígeno sobre la espalda. Edu, irreverente por lo bien que manejó los tiempos, definió el partido.

Jalonado por las concesiones del rival, el Betis se asentó en el partido con facilidad. Poco acostumbrado a tener el cuero entre los pies, se sonrojó a la hora de combinar. No trenzó jugadas de salón. Tampoco manejó con soltura las transiciones y menos alcanzó con peligrosidad las posiciones avanzadas. Pero fue un auténtico torbellino desde el costado derecho, donde Edu, de cintura rítmica y piernas tan hábiles como juguetonas, bailó sin miramientos a David García. Edu raseó después el cuero y se asoció con Arzu. Así que participó en los dos goles, ambos en situaciones límite, uno al final del primer tiempo y el otro en la prolongación. Falto de mordiente y roto en su columna vertebral por las bajas, el Espanyol jugó siempre a remolque, a excepción de la salida, y no encontró nunca el hilo del partido.