Valerón trae suerte al Depor

El mago Valerón ha vuelto a hacerlo. La temporada pasada, el Depor se jugaba contra el Madrid invertir una tendencia que parecía abocarle a Segunda. Valerón fue incluido en aquella convocatoria como talismán, jugó unos minutos y el Depor remontó el vuelo. Doce meses después, al Depor le quedaba ayer la puntada ante el Valladolid para que temblara su permanencia en Primera. Valerón, que esta semana recibió el alta médica, fue incluido contra pronóstico en la lista. El equipo médico cruzó los dedos. La respuesta de su rodilla en la competición era una lotería. Al Depor le tocó la de El flaco. Ganó al Valladolid, que llevaba tres victorias consecutivas. A Valerón le dio tiempo en 20 minutos a regalar un caño y la afición volvió a creer. " ¡Valerón, Valerón!", atronó Riazor.

Ante la trascendencia del partido, Miguel Ángel Lotina decidió cambiar todo para que no lo cambiasen a él. Apostó su futuro y el del equipo a una carta con tres centrales, Antonio Tomás en vez de Sergio como brújula, y se acordó de que Xisco en punta es lo más parecido a jugar con un líbero. Valerón esperaba en el banquillo y Lopo regresó al once después de cuatro meses.

El fatigoso Valladolid de Mendilibar saltó al campo sin las ataduras de la clasificación. La racha goleadora de Llorente y la costumbre de Víctor de mojar contra el Depor (lleva 11 goles en 17 partidos) presagiaban un encuentro cómodo. Pero en los primeros siete minutos se dejó sorprender en dos ocasiones. Lotina ya tenía el partido que quería.

En el primer tiempo, el Valladolid se quedó con la pelota, pero fue incapaz de encontrar una rendija. El bisoño meta del Depor no fue examinado hasta el minuto 39. En los primeros segundos del segundo tiempo, el Depor golpeó otra vez. Una contra rematada por Guardado la desvió Asenjo, pero Xisco aprovechó la pelota muerta. A la contra también llegó el tercero blanquiazul, firmado por Guardado. Luego, el Valladolid se quedó con diez por doble cartulina a Asenjo y Víctor, como siempre contra el Depor, acudió a la cita con el gol. En la grada ya sólo se escuchaba "¡Valerón, Valerón!".