"Si no ayudas a ganar, debes irte"

Se agitó de entusiasmo el Camp Nou cuando el míster le mandó calentar. Minutos después, cuando se despojó del chándal y enseñó los tacos al cuarto árbitro, la grada le coreó con rabiosa alegría: "¡Deco, Deco...!". De eso han pasado 10 días, cuando Deco superó una lesión de aductor de la pierna izquierda y se batió con el Sevilla en los octavos de final de la Copa. Ayer, aparecía su nombre dentro del trivial parte de guerra del Barça tras medirse con el Villarreal (0-0) en la competición copera. Como el de la mitad de la plantilla: Valdés, Márquez, Sylvinho, Milito, Xavi y el medio portugués se recuperaron en el gimnasio de unas contusiones sin importancia. Pero Deco, al contrario que otros, siempre sale a la palestra para expresarse. Así, según desprendió, se siente tan contento con el apoyo del público como inseguro sobre su futuro azulgrana. La resolución, en cualquier caso, queda supeditada a los éxitos del curso y a la complacencia del Barça, puesta en entredicho según su parecer.

De acentuado carácter competitivo, Deco nunca se muerde la lengua. "Si llegamos al final del curso sin ganar nada, ya sumaremos dos años consecutivos sin éxitos", enjuició; "y, tanto para el club como para mí sería difícil y tendríamos que hablar y pensar". Aunque pronto matizó: "A mí me gusta ganar. Y cuando uno ve que no puede ayudar a lograrlo, tiene que irse". Se trata también de una cuestión de respeto profesional. Acusado en las últimas fechas de simular una lesión, Deco, con contrato hasta 2010, reprobó las especulaciones: "Si la gente tiene dudas, sólo puedo trabajar. Creo que es un ataque personal, que lo dicen a mala fe porque se escriben cosas sin poder probarlas". Y, al tiempo que descartó una campaña dirigida desde el propio club contra los brasileños -como apuntó el ex azulgrana Motta, por su vinculación con el ex vicepresidente Sandro Rosell, principal valedor de sus fichajes y enfrentado con el presidente Joan Laporta-, abundó: "No sé por qué Ronnie y yo estamos señalados. Pero no me importa porque es el precio por jugar aquí".

Para Deco, el camino correcto es el segundo acto contra el Villarreal. "Fue increíble; estamos volviendo a jugar bien y sólo faltó el gol", apuntó sonriente; "quedó claro que, en el fútbol, las diferencias las marcan los delanteros. Y si están a tope, tenemos más posibilidades". Es una de las maneras para ganarse el respeto. "Me siento realizado porque en los dos grandes clubes donde he estado -Oporto y Barça- se me respeta", se despidió.