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El Gobierno reclama las competencias de urbanismo

"Si el Estado tiene competencias sobre el agua no veo por qué no debe tener competencias en materia de urbanismo", reflexionó ayer en Valencia Marcos Vaquer, director general de Urbanismo y Política de Suelo del Ministerio de Vivienda, "después de todo, el suelo es un recurso limitado, es el bien mueble por excelencia y ni siquiera es reciclable, como el agua".

Vaquer participó en las jornadas sobre Nueva Cultura Urbana organizadas por el Ministerio de Medio Ambiente, las universidades literaria y politécnica de Valencia, y varios colegios profesionales como un foro de reflexión sobre modelos sostenibles de crecimiento urbano.

Vaquer, de formación jurídica, ofreció muy interesantes reflexiones sobre la legislación en materia de urbanismo. "La propia Constitución vincula el urbanismo con el medio ambiente, pero todas las leyes de suelo españolas han puesto el foco sobre aspectos económicos y, por lo tanto, la sombra sobre el medio ambiente", comentó, "la ley de suelo impulsada por el Gobierno socialista es la única elaborada desde un paradigma medioambiental".

También destacó la notable extensión de los instrumentos de planeamiento urbanístico en toda España desde los años de la Transición hasta la actualidad, pero admitió que "no está claro si el planeamiento ha liderado la expansión urbanística o se ha limitado a levantar acta" de hechos irremediables.

Richard Florida, economista y catedrático de Política Pública de la George Mason University, aseguró a media tarde que el futuro de la Comunidad Valenciana dependerá de su capacidad para implantar una "economía creativa, basada en el talento y la innovación", una economía que tiene su primer estímulo en las ciudades.

En su primera conferencia en España, Richard Florida instó a las autoridades municipales a "fomentar la creatividad y promover y el desarrollo del talento" a través de las urbes como "ejes del desarrollo".

"El lugar donde vivimos condiciona nuestra vida", remachó. En un repaso histórico, el experto aludió a la ciudad de Pittsburg (Kansas), que tras el declive de su industria del aluminio acogió el nacimiento de firmas empresas tecnológicas como Lycos. Sin embargo, la incapacidad de las autoridades para retener el talento de los nuevos vecinos provocó la transferencia de sus trabajadores más cualificados a Boston (Massachusetts).

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