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Reportaje:Abierto de Australia

Semifinales de récord

Federer suma 15 'semis' de Grand Slam seguidas - Djokovic, que ganó a Ferrer, es el más joven en alcanzar la penúltima ronda de los cuatro 'grandes' - Nadal busca superar los 6.000 puntos

La lista contiene nombres de resonancias legendarias: Pete Sampras, Ivan Lendl, Boris Becker, Roger Federer... La lleva en la mano el hombre que encabeza el inventario. Novak Djokovic, se llama. Y se acaba de enterar, listado mediante, de que ha entrado en la historia de su deporte. Malo para David Ferrer, que verá fuera de competición cómo Rafael Nadal busca en la mañana de hoy (9.30, Cuatro) la final del Abierto de Australia.

Un gesto resumió la derrota del español. Ferrer, debutante en la pista central, acababa de perder ante el serbio (6-0, 6-3 y 7-5). El resultado le dejaba a diez puntos de ser número cuatro del mundo, con la sensación de haber dejado pasar una oportunidad y con un enfado de mil demonios. Dio igual. En la bocana de los vestuarios, caído el español pese al arreón final, se arremolinaban las manos que exigían un autógrafo del tenista herido. Un niño pidió la raqueta con la que había firmado su peor tarde. Y Ferrer se la regaló. El español se marchó sin saber que donde él había perdido una oportunidad, Djokovic había entrado en la historia: con 20 años y ocho meses, el serbio es el tenista más joven que nunca ha disputado las semifinales de los cuatro torneos grandes.

"¡Ni lo sabía!", admitió entusiasmado el número tres cuando se le entregó la lista tras su rueda de prensa. "Empezar a estar en las listas de los récords es una cosa muy bonita. Jugar semifinales de un Grand Slam se ha convertido en una rutina para mí. ¡Ahora espero conseguir llegar a la final!".

Djokovic, que buscará clasificarse para el último partido contra Federer, vencedor del estadounidense James Blake (7-5, 7-6 y 6-4), acaparó todos los focos del día de los récords. Para él fueron los gritos de un bebé que, incluso, le hicieron perder la calma -"¡denle a nuestro joven amigo un biberón!", tuvo que exigir el juez de silla-. Para él, el encendido apoyo de la afición serbia, orquestado por sus padres. Y para él, el tributo de Roger Federer: "Yo, a su edad, ni siquiera estaba cerca de algo parecido".

Melbourne vive asediada por las marcas de calado. Y sólo Jo-Wilfried Tsonga, el chico que quiere ser como Mohamed Ali, puede evitar que Nadal se apunte a la moda. Si el español vence hoy al francés pasará a la final del torneo y romperá la barrera de los 6.000 puntos, algo que sólo ha conseguido Federer. De récord es que el suizo lleve 15 semifinales de Grand Slam seguidas -no se pierde ninguna desde Roland Garros 2004-. Sorprendente es que una pareja de jugadoras españolas, Anabel Mediana y Vivi Ruano, ya esté en semifinales de dobles. Y asombroso es también que los ocho semifinalistas del cuadro masculino y femenino sean europeos.

¿Qué significa tener un doble español en semifinales? "Que es un año muy importante, porque hay Juegos Olímpicos. Y que al gran juego y la cabeza alocada de Anabel le viene muy bien la experiencia de Vivi. Tienen opciones de hacer algo importante en Pekín y en los torneos del Grand Slam", contesta, entre vídeo y vídeo, Pepo Clavet, el más científico de los técnicos españoles. ¿Y superar la barrera de los 6.000 puntos? "Significa que Nadal se merece el número uno, que es un sólido número dos y que tiene un mérito y una mala suerte impresionantes". ¿Y la marca de Djokovic? "Que es un pedazo de jugador con mentalidad de número uno. Que Federer y Nadal se anden con cuidado..., gracias a ellos se beneficia de que está un poco tapado, entre comillas".

A Djokovic nunca le gustó el anonimato. Es un tenista con la cabeza puesta en el presente y los dedos apoyados en el teléfono. Al otro lado del móvil, su pareja de micrófono. Se les pudo ver en el Zagreb Arena, al compás de música de órgano con regusto gitano, sin cítaras pero con Novak Djokovic y Janko Tipsarevic como vocalistas. Fue en diciembre. Mañana, Djokovic juega contra Federer. Y ayer el número tres prometió llamar a su amigo para que le explicara una receta: Tipsarevic, el tenista que está leyendo El Idiota de Dostoievski por tercera vez, estuvo a dos puntos de ganar al genio suizo. Ahora Djokovic busca su consejo para seguir firmando récords. Y puesto a apreciar marcas históricas, bien hará el jugador serbio en valorar lo que se le viene encima. Federer, que ya no puede perder su altar como número uno en Melbourne, lleva 209 semanas seguidas como mejor jugador del mundo.

Federer (izquierda) y Djokovic, en los partidos de ayer contra Blake y David Ferrer, respectivamente.
Federer (izquierda) y Djokovic, en los partidos de ayer contra Blake y David Ferrer, respectivamente.REUTERS / ASSOCIATED PRESS

Ferrer: "Mentalmente no di la talla"

Novak Djokovic juzgó haber jugado los dos primeros sets de forma "impresionante" y David Ferrer, gritón toda la tarde -"¡Sólo corro y corro!", decía-, haber estado durante todo ese tiempo "muy mal". "La diferencia con Djokovic", explicó Ferrer, "ha sido la mentalidad: hice demasiados errores. Estoy enfadado por cómo he empezado: tenso, nervioso y conformista".

A Ferrer, que levantó la admiración del público con sus jadeos en las arrancadas, se le vio perdido. Buscó sitio en la pista y no lo encontró. Buscó consejo en la grada y no lo escuchó. "¡Más alto, háblame más alto!", le reclamaba a Javier Piles, su entrenador. Y buscó respuestas que no había en los recovecos de su cabeza. "Mentalmente no he dado la talla en ningún momento", concluyó. "Contra un jugador tan bueno como Djokovic es imposible que gane sin mentalidad".

"Empecé muy mal, nervioso, y quizás fue un problema del primer set . Cuando lo perdí, él jugó mejor, con más confianza en el segundo", continuó Ferrer. "Djokovic me sacó muy bien y cuando toqué la bola tiré mucho resto fuera. Perdí un poco de concentración. Tarda pero siempre mete el primer saque", añadió. "Me voy con la conclusión de no pensar tanto, jugar más a ganar y tener fe en mí mismo. Me ha faltado mucho hoy".

El español, número cinco del mundo, se despidió de la prensa sorprendido porque le preguntaran si Tsonga podía ser favorito en la semifinal frente a Nadal. Antes, sin embargo, reflexionó sobre la posibilidad de lograr el número cuatro, del que le separan diez puntos: "Queda mucho año. Queda muchísimo que ganar y muchísimo que correr".

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