García-Gasco carga contra "la idolatría del Estado"
El arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, abogó ayer ante sus feligreses por combatir la "idolatría del Estado" por su "oposición radical a Dios" con la misma radicalidad, durante la homilía en la catedral en la fiesta de Sant Vicent, patrón de la ciudad. Así, aseguró que "ser cristiano, hoy, en medio de una sociedad que produce efectos descompuestos por su oposición radical a Dios y a la cultura cristiana, requiere una actitud parecida, aunque nos acusen con toda clase de infamias, bajezas y mentiras".
García-Gasco aseguró que el testimonio de Sant Vicent Mártir "es un signo elocuente para rechazar la idolatría del Estado", para añadir después que "produce espanto la perspectiva de una sociedad construida en el vacío moral donde todo puede ser legitimado: el aborto, la guerra, el terrorismo, la infidelidad, el engaño y la traición".
El arzobispo de Valencia, alineado con el sector más conservador del catolicismo, advirtió contra "el intento de descristianizar la sociedad y la vida individual que estamos sufriendo", para después criticar "el laicismo radical, idea enferma de la necesaria y justa laicidad", que "se vuelve contra los hombres y contra la sociedad". En este sentido, explicó que los planteamientos del laicismo radical "no tienen nada de novedosos: arrastran todos los complejos y odios de los que fueron víctimas los mártires de todos los tiempos".
Aprovechando la festividad de Sant Vicent Mártir, defendió las enseñanzas del santo como "una lección magistral de verdadera libertad", en la que demuestra que "lo sagrado es la libertad, no el emperador". Defendió su testimonio como "un signo elocuente para rechazar la idolatría del Estado" y añadió que "es una luz ardiente en la oscuridad de nuestro tiempo".
El arzobispo siguió en la línea de ataque al Gobierno que ha llevado durante el último año el sector de la iglesia que representa, al lamentar la actitud de quienes "pretenden hacer creer que en una democracia que quiera de veras serlo, la religión y, particularmente, la religión católica, debe ser excluida de cualquier espacio público" o que la Iglesia Católica "es radicalmente incompatible con la sociedad democrática y por eso fomentan la aversión a todo lo que sea cristiano". También aseguró que "la Iglesia no desea imponer de forma autoritaria la fe" sino que su misión es "invitar siempre a la razón, a la búsqueda de la verdad, del bien y de Dios".
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