Ángel Corella revive la "prueba de fuego" de bailar 'El corsario'
El bailarín actúa en el teatro Tívoli de Barcelona
Hace ya siete años que el bailarín Ángel Corella empezó a dar forma a la idea de crear una compañía estable de danza clásica en España. Hace un par de semanas, su sueño va cobrando forma. A principios de enero comenzaron los ensayos de la nueva formación, que se estrenará en septiembre de 2008 en el Teatro Real con La Bayadère y probablemente visitará el Liceo en junio de 2009. Para ir rodando a parte de los 74 bailarines seleccionados a través de audiciones, Corella ha reunido a una decena de ellos en el espectáculo que presentará en el teatro Tívoli de Barcelona del viernes al domingo próximos.
Bautizada como Ballet de España Ángel Corella, la compañía establecerá su sede en el palacio de Santa Cecilia de La Granja de San Ildefonso, en Segovia, cedido por Patrimonio Nacional. El coste de la rehabilitación del edificio es de entre 8 y 10 millones de euros, y está previsto que dé comienzo a principios del próximo año. Mientras tanto, los ensayos se celebran en la pista de pádel del Parador Nacional de la localidad. Por su parte, se precisan seis millones de euros anuales para la puesta en marcha y el mantenimiento anual de la compañía.
La envergadura económica del proyecto lo hace dependiente tanto de la iniciativa pública como de la privada. Corella se mostró convencido de poder contar con financiación del Ministerio de Cultura, la junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de La Granja, aunque las partidas están aún por concretar. Corella ha llegado a un acuerdo con el American Ballet Theatre (donde es bailarín solista desde hace 13 años) para actuar sólo en ocasiones destacadas, y así poder pasar la mayor parte del tiempo en España.
En el Tívoli, Corella presentará un programa doble. La primera parte está dedicada de forma monográfica al compositor Philip Glass, a quien el bailarín rinde homenaje. Y en la segunda se ofrece la Suite de El corsario, de Marius Petipa, con música de Ricardo Drigo. "El corsario es una de las obras de repertorio clásico más importantes para hombres. Una prueba de fuego para el bailarín en el escenario", asegura Corella, quien encarna al esclavo protagonista.
La pieza, de la que se ofrecen 45 minutos (su duración total es de tres horas), "requiere una capacidad técnica y un control muy fuerte". Él la ha bailado en infinidad de ocasiones, y dice que no se cansa de hacerlo. "Para mí bailar es como beber agua. A menudo me expreso mejor con el movimiento que con la palabra. Es la forma más directa de comunicación entre los seres humanos".
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