30 euros entre la vida y la muerte
Casi dos millones de deportistas federados compiten en España sin haberse realizado un electrocardiograma
El sábado, cuando el Getafe y el Sevilla saltaron al Coliseum Alfonso Pérez, regresó a la memoria el nombre de Antonio Puerta. Una vuelta de Liga después, aún duele recordar el cuerpo del sevillista desplomado en su área, sus once paradas cardiorrespiratorias y su muerte, tres días después, en el hospital Virgen de Rocío, de Sevilla. Ni el Getafe ni el Sevilla quisieron hacer del partido un acto especial. "No deseábamos escarbar en la herida de su familia", reconocen desde el club madrileño.
Desde que murió Puerta se han tomado en España algunas iniciativas para evitar más casos de muerte súbita en el deporte. Porque las cifras no engañan. Según los datos del Consejo Superior de Deportes (CSD), existen 3.190.094 deportistas federados, "pero el 60% no se ha hecho nunca un electrocardiograma", explica Araceli Boraita, jefa de Cardiología del Consejo. Es decir, casi dos millones de deportistas compiten sin saber si sufren alguna dolencia cardiaca. El CSD enumera 2.700 deportistas de alto nivel obligados a pasar un reconocimiento exhaustivo con el máximo organismo del deporte español. ¿Y los demás? El escenario demuestra que aún se encuentran en una situación de indefensión. "Suelen ser deportistas que no pasan controles continuos y con un riesgo mayor de sufrir una parada cardiorrespiratoria", afirma Boraita.
El CSD formó tras el fallecimiento de Puerta un grupo de trabajo sobre la muerte súbita presidido por el secretario de Estado, Jaime Lissavetzky. Los 14 expertos cardiólogos que lo componen mantuvieron una primera sesión de trabajo el 18 de diciembre. El resultado, un plan con tres áreas de estudio: diseñar un protocolo médico común para todos los deportistas -que incluya un electro-, crear un registro de casos de muerte súbita y fijar unos mínimos de emergencia en recintos deportivos.
En el caso del fútbol, cualquier federado pasa un reconocimiento con la Mutualidad de Futbolistas Españoles. "Pero las pruebas difieren según la autonomía", explica Vicente Temprano, presidente de la federación madrileña. Tomemos el caso madrileño como ejemplo. Sus 60.000 federados pueden pasar dos tipos de pruebas: el módulo A y el B. Este último -con análisis de sangre, prueba de esfuerzo y electrocardiograma- sólo lo pasan árbitros, entrenadores, auxiliares y futbolistas con más de 35 años. Entre todos, 5.000 licencias. El 92% restante desconoce si padece problemas cardiaco por no haberse sometido previamente a un electro.
"Lo de Puerta fue un toque de atención", reconoce Temprado. Su federación inició una comisión para analizar la viabilidad de realizar una prueba tipo B a todos los federados. Temprado quiere presentarlo este verano en la asamblea de la federación española, aunque, pese a sus ventajas ("el examen costaría 50 euros, un 75% menos que en una clínica"), no es optimista. "Habrá oposición a hacerlo obligatorio", advierte; "porque cualquier club con varios equipos debería pagar cantidades extraordinarias por todos sus jugadores". Boraita no piensa lo mismo. "¿30 euros por un electrocardiograma es excesivo?", pregunta; "sólo aumentarían los costes si el electro detecta problemas, y hubiera que hacer un ecocardiograma".
Costes y homogeneidad de pruebas se debatirán el 30 de enero, en la segunda sesión del grupo de expertos del CSD. "Nos limitaremos a recomendar", reconoce Manuel Fonseca, director general de Deportes; "las competencias están transferidas a las autonomías y no podemos obligar a implantar nada". Mientras tanto, los deportistas esperan intranquilos. "El jugador se sensibilizó con lo de Puerta", admite Christopher Oyola, médico del Getafe; "y es cierto que ahora preguntan más sobre la muerte súbita".
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