Butaneros, maestros del Corán e indios 'sin papeles'
Las familias defienden la inocencia de los 14 arrestados, miembros del integrista 'Tablig'
Un cocinero jubilado que consagra su tiempo a llevar por el bueno camino a jóvenes musulmanes descarriados. Dos repartidores de bombonas de butano cuyo salario depende de la generosidad de los vecinos con las propinas, y que en sus ratos libres pasan de las discotecas y prefieren acudir a la mezquita. Un padre de familia que adiestra en el conocimiento del Corán a niños paquistaníes. Y hasta un indio sin papeles con dificultades para encontrar trabajo. Éste es el retrato que los familiares hacen de algunos de los 14 presuntos islamistas detenidos en la noche del viernes en el barrio del Raval de Barcelona.
Los arrestados (12 paquistaníes y 2 indios) están acusados de pertenecer a una célula terrorista que pretendía cometer un atentado. Ahora se encuentran en Madrid, en dependencias de la Guardia Civil, a la espera de pasar a disposición judicial. Mientras, familiares y amigos defienden en Barcelona su inocencia. Los argumentos son siempre los mismos: que son buenos chicos, que el islam es una religión de paz y que los indicios hallados por la policía (cuatro temporizadores y sustancias sospechosas, entre otras cosas) son "inconsistentes".
Pese a la diversidad de ocupaciones, edades y costumbres, los detenidos tienen un rasgo común: son miembros de la corriente Tablig. Se trata de hombres de profundas convicciones religiosas que se dedican a pregonar la fe musulmana allí donde van. "En mi local no vendo bebidas alcohólicas. Y cuido de que mis productos no lleven manteca de cerdo. Así, todos pueden comprar tranquilos", explica Nadeem Ayub, que regenta una pastelería en el Raval.
Su padre, Mohamed Ayub, de 62 años, es uno de los detenidos. Él y otros tablig celebraban un "encuentro de oración" en una mezquita situada a 15 metros de la pastelería cuando apareció la Guardia Civil. Nadeem está indignado con esta historia y no duda en calificar de "error" la actuación policial.
Quienes también se solidarizan con el detenido son las dos hijas de Abdul Rahim, un indio muy influyente en las mezquitas de Barcelona. "Es un hombre bueno. Para nosotras ha sido como un abuelo. Cuando vimos cómo lo trataron, acabamos llorando", dice una de ellas en un perfecto castellano. Abdul Rahim, de 45 años, coincide con sus hijas y cree que él mismo se ha librado "de milagro" de la detención. El viernes por la noche debía estar en la mezquita de la calle de Hospital junto a sus compañeros tablig. En vez de eso, avanzó las obras que está acometiendo en un local de su propiedad.
Rahim también trabaja como repartidor de butano en el barrio barcelonés de Sants. A su cargo tiene dos ayudantes: Abdul y Shahed. Ambos están detenidos. No cobran nómina y lo único que se llevan es la propina de los compradores. "Son chicos de buen corazón: nunca beben y van a la mezquita todos los días", explica Rahim, que lleva una barba larga y rojiza. En el mismo piso del Raval viven Abdul, Shahed y otro joven que "no tiene nada que ver" con la corriente Tablig. Se trata de Khalid, que, según sus conocidos, también ha sido arrestado, extremo que la Guardia Civil no pudo confirmar ayer.
Otro de los supuestos yihadistas capturados en Barcelona es Mahruf, casado y padre de cuatro hijas. Es profesor particular: lleva niños a casa y les enseña preceptos coránicos. Su mujer enseña urdu e inglés. Está destrozada, pero se siente esperanzada: "Mi marido no ha hecho nada y pronto quedará en libertad".
Fuentes de la Guardia Civil insistieron ayer en que entre los detenidos no hay ningún imán. Lo más parecido a esta figura es Sheikh Mirza Maroof, que llegó a Barcelona hace tres meses y que predicaba el islam en la mezquita de la calle del Hospital. Maroof recibía clases de castellano y catalán en centros del Raval.
El Consejo Islámico Cultural de Cataluña hará hoy público un comunicado en el que reivindica el derecho a la presunción de inocencia. "Apoyamos la acción de la justicia, pero creemos que este tipo de cosas pueden dañar la imagen de la comunidad musulmana en su conjunto", precisó ayer a este diario su portavoz, Mohamed Halhoul.
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