"Está muy bien donde está"
Los militantes hablan de "rabietillas" del alcalde
Pizarro resultó ayer para la parroquia popular mucho más excitante que medio kilo de café en vena. Los militantes y simpatizantes que acudieron al desayuno-mitin con el número dos, todos entrados en años, y dispuestos en una sala anexa con televisores de plasma, aplaudieron a rabiar la verborrea del que consideran paradigma de la resistencia al sectarismo socialista.
Pizarro fue el bálsamo que necesitaban después de la sacudida provocada por el portazo a Alberto Ruiz-Gallardón. Ayer, en un salón de "bodas y homenajes" en el barrio madrileño de Carabanchel, todos querían pasar página de la crisis preelectoral. "Son cosas sin importancia que ocurren en todos los partidos", señalaban los asistentes, que calificaban las amenazas de Ruiz-Gallardón y Aguirre de dejar sus cargos como "rabietillas".
En cualquier caso, siempre es el alcalde de Madrid quien salía perdiendo en las valoraciones. "No se puede ser tan avaricioso. Además, lleva 30 años haciendo lo mismo, y ahora adónde va a ir", decía Patricio, simpatizante de 71 años; "Está muy bien donde está", apostillaba Carmen, una militante popular. Enma, otra simpatizante le pedía irónicamente paciencia: "Gallardón de momento, no, que espere que es muy joven. En la próxima". También consideran que el efecto electoral de tal trifulca será nulo. Juan, militante "desde la guerra de Cuba", señala que "los socialistas también han hecho cosas horrorosas y para los suyos siguen adelante. El seguidor de Rajoy seguirá suceda lo que suceda".
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