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"La Toñi... toda la vida trabajando a destajo para que se la quite un subnormal"

La mujer arrollada el lunes era peluquera en Orcasitas y acababa de ser abuela

Álvaro Corcuera

Fue abuela el día de Reyes y la atropellaron mortalmente ocho días después. Antonia Aguado, de 57 años, perdió la vida el pasado lunes por la tarde junto a una marquesina de autobús, en el cruce entre la avenida de los Poblados y la vía Lusitana. Un hombre de 22 años se la arrebató en un instante, cuando cometió la imprudencia más cara de su vida. En un tramo donde el límite de velocidad es de 50 kilómetros por hora, el Volkswagen Golf que conducía mató a la mujer en el acto cuando circulaba "por lo menos a 120". Eso aseguraban ayer los allegados de Antonia en la sala 41 del tanatorio Sur. Allí estaba su hija Mari Carmen, embarazada de tres meses. La cara desencajada por el dolor, y también por el frío. El viento soplaba con dureza, a unos cientos de metros de donde Antonia perdió su vida.

Antonia estaba casada y tenía dos hijas y un hijo. El futuro de la familia, que vive en el Poblado Dirigido de Orcasitas, era prometedor. El pequeño, Juan Pedro, de 28 años, se casará el próximo junio. Mientras, Eva, de 31 años, dio a luz el 6 de enero, dándole a su madre su segundo nieto. Y además, la otra hija, Mari Carmen, de 33 años, la que espera un hijo: "Dice que le duele la tripa. Con este disgusto igual pierde el bebé", se preocupaba una amiga.

La cara de las hijas mostraba el cansancio infinito que provoca la tristeza. Eva y Mari Carmen contaban que su padre, Víctor García Rojo, de 61 años y trabajador de la construcción, era incapaz de hablar. Mientras ellas estaban junto a la puerta de la salita donde descansaba el cuerpo de su madre, contaban que el padre estaba en ese momento en la cafetería. "Está fatal", contaban.

Una amiga de la familia abrazaba a las hijas. Poco antes, exclamaba rabiosa: "La Toñi... toda la vida trabajando a destajo para que un subnormal se la arrebate de esa forma".Los hijos de Antonia apuraban los últimos instantes antes de ver a su madre por primera vez sin vida. Arropados por las decenas de personas que se habían acercado a apoyarles, no entendían todavía la mala suerte que había tenido su madre. El conductor, que dio negativo en el control de alcoholemia, está detenido por un presunto delito de homicidio imprudente. La asociación de vecinos de Guernica-Pan Bendito recordó ayer que llevan tres años exigiendo al Ayuntamiento que ponga badenes para obligar a aminorar la velocidad de los coches, que en su mayoría sobrepasan el límite.

El relato de por qué Antonia caminaba por la avenida de los Poblados en el momento más inoportuno estremece. Lo contaba su yerno, marido de Eva. "Hoy [por ayer] es mi cumpleaños. Iba a comprarme un regalo", decía. En ese momento, Eva aseguraba rotunda: "Vamos a denunciar a ese tío por lo penal".

Antonia era una peluquera de Orcasitas de toda la vida. Hasta hace dos años y medio había arreglado el pelo de miles de mujeres del barrio en su propio piso. Pero en el verano de 2005, Mari Carmen y Eva siguieron la vocación de su madre y abrieron la peluquería Garoa (de García Rojo Aguado, los apellidos familiares). El negocio, en un local alquilado en un pasaje comercial de la calle de Guetaria, iba muy bien. Tanto que la familia había comprado una lonja mayor para trasladarse pronto. Éstos y otros detalles los explicaban sus compañeros del pasaje comercial, una calle pequeña en la que los negocios conviven codo con codo y donde todos se conocen.

"Cerrado por asuntos familiares", se leía en la persiana cerrada de la peluquería. Enfrente, una farmacia. Su dueña, Adelaida, estaba consternada: "Toñi era una mujer muy alegre, siempre en positivo". Ella y sus compañeras eran clientas de la mujer y las hijas. "Les iba muy bien, ¿sabes? Antonia se trajo a sus clientas mayores de toda la vida y las hijas atrajeron a los nuevos, los más jóvenes", explicaba. Adelaida se acordó de la madre de Antonia: "Tiene unos 90 años. Estará fatal". En la frutería de Miguel se recordaba a Antonia como una compañera "muy agradable y dicharachera". Miguel decía que había sido "un palo muy grande para toda la galería". En la calle, una lluvia fina iba calando el barrio, que ayer tenía un aspecto frío y sombrío, ya sin Toñi.

La peluquería Garoa, propiedad de las hijas de Antonia, atropellada el pasado lunes.
La peluquería Garoa, propiedad de las hijas de Antonia, atropellada el pasado lunes.CRISTÓBAL MANUEL

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Sobre la firma

Álvaro Corcuera
En EL PAÍS desde 2004. Hoy, jefe de sección de Deportes. Anteriormente en Última Hora, El País Semanal, Madrid y Cataluña. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull y Máster de Periodismo de la Escuela UAM / EL PAÍS, donde es profesor desde 2020. Dirigió 'The Resurrection Club', corto nominado al Premio Goya en 2017.

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