Cantautores sin fronteras
El pop valenciano muestra su gran variedad idiomática en Octubre
No hay ataduras en la escena pop local. Ni estilísticas ni tampoco lingüísticas. Poco importa que canten en castellano, inglés, catalán o francés. En nuestra pequeña Babel pop, de cuya lozanía dará buena cuenta el Octubre Centre de Cultura a partir de mañana con cuatro conciertos en cuatro jueves consecutivos, a cargo de Siwel, Néstor Mir, Manolo Tarancón y Pau Alabajo, deberían desaparecer los prejuicios sobre la lengua a emplear. Aunque los factores que inclinan por una u otra elección y sus consecuencias pueden ser de lo más diverso. En el caso de Siwel, alias creativo del joven Luis Merino, "el hecho de cantar en inglés viene dado por los referentes y por los artistas con los que he crecido. De todas formas, ya he cantado en castellano, y no descarto volver a hacerlo en un futuro. Es posible que cantando en castellano las cosas fueran mejor, pero no lo sé". ¿Pudor a exhibirse emocionalmente en castellano? "Puede que el cantar en inglés sí que obedezca a ese deseo de no sonar demasiado obvio", afirma para apostillar que en castellano "tienes que hacer más enrevesada la letra, y en inglés la gente que te escucha no te está entendiéndote en su totalidad".
Los cuatro músicos cantan en inglés, francés, valenciano y castellano
En el caso del catalanohablante Pau Alabajos, su elección lingüística se debe a que "es la lengua materna, en la que te comunicas con la gente cercana. Y en menor medida, porque hay cosas como la nova cançó que te marcan, pero no exclusivamente, ya que hay músicos anglosajones que también me han influenciado". Con todo, es consciente de que "cantar en catalán tiene sus hándicaps y sus ventajas, lo que ocurre es que cuando comienzas no te preocupa, porque simplemente es una forma de expresarte y, en mi caso, puedo decir que soy músico casi por casualidad". Alabajos replica a la estadística que señala que el 75% de la población de la Comunidad Valenciana escucha música en castellano, con su intención de romper el prejuicio que identifica la música en catalán a la reivindicación social o nacionalista: "No nos debería pasar como con el rock catalán de principios de los 90, en el que parecía que sólo lo nacionalista o abiertamente reivindicativo tenía cabida. Hay grupos como Pinka o Sant Gatxo, que ven como a veces determinados eventos de cariz nacionalista no cuentan mucho con ellos, sólo porque no hacen bandera de ello en su música. El problema es que son los propios movimientos sociales, que normalmente son de tinte nacionalista, los que tienen que suplir el desinterés de las instituciones, porque la música en catalán no está aquí normalizada".
Para el castellonense Manolo Tarancón, "lo que dice una canción es al menos el 60% de un tema, y por eso canto en castellano, por ser mi lengua habitual y haber escuchado sobre todo a artistas estatales y de Suramérica". No niega que cantar en castellano "puede abrirte más puertas que hacerlo en otras lenguas", pero reconoce que quien entiende de música, "valora lo que escucha como un todo, no sólo en función del idioma".
Más peculiar es el caso de Néstor Mir, quien se pasó del castellano al francés casi por casualidad, "como una excusa para hacer mejor lo que antes hacía en castellano, con mayor calidad y con más calidez", debido a una tonalidad de voz que parece adecuada para esa lengua. No piensa que el francés le reste accesibilidad, ni que las comparaciones -a veces con artistas que desconocía- sean en absoluto negativas, pues "escuchar música no es como leer un libro, te conquista por algo más que las letras, hay una interpretación, hay una ejecución en las palabras, hay una posibilidad de lectura anterior y posterior". Para él, como para Siwel, Alabajos o Tarancón, la música es un lenguaje universal, independientemente de la lengua que sirva de vehículo para transmitirla.
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