El rey de la cafeína
Starbucks es su criatura. Por eso en Wall Street dicen que si hay alguien que sabe cómo volver a poner la máquina sobre los raíles, ése es Howard Schultz, del que se espera ahora que haga el mismo milagro que Steve Jobs a su regreso como consejero delegado en Apple, a pesar de la compleja coyuntura.
El empresario se crió en un humilde barrio de apartamentos públicos en Blooklyn (Nueva York). Fue el primer miembro de la familia en graduarse, gracias a las ayudas de estudio que recibió como miembro del equipo de fútbol americano. Y como otros influyentes ejecutivos forma parte de una fraternidad, la Tau Kappa Epsilon.
Tras los estudios, Schultz regresó a Nueva York, donde se dedicó a vender sartenes y otros artículos de cocina de la marca sueca Hammarplast. En 1981 viajó a Seattle para interesarse por el negocio de uno de sus clientes, Starbucks, una tienda dedicaba a tostar y vender café en grano.
La visión de Schultz iba mucho más lejos y tras un viaje por Italia decidió recrear en EE UU la misma sensación que tuvo al tomar café en las barras de las cafeterías. Pero los jefes de la Starbucks original rechazaron su idea y en 1985 optó por lanzar su propio negocio, que bautizó como Il Giornale.
Pasados dos años, Schultz compraba el negocio de Starbucks por 3,8 millones de dólares y comenzó la expandir la cadena por todo EE UU con su cafe latte. Starbucks es hoy un gran imperio, con más de 15.000 locales por todo el mundo y 40 millones de clientes a la semana. Los productos de la marca también se pueden encontrar en las estanterías de los grandes supermercados.
La compañía debutó en el Nasdaq en 1992. Howard Schultz es conocido por ser duro y un luchador apasionado. Llevó el casco de consejero delegado entre los años 1987 y 2000. Su experiencia no es lo único que habla a su favor a la hora de recuperar las riendas de la compañía. Además, cuenta con un gran respeto de sus empleados e inversores.
Como presidente, supervisó la expansión global de la franquicia e intentó lanzar nuevas iniciativas para introducir la marca en el mundo del entretenimiento. La revista financiera Forbes estima su fortuna personal en 1.100 millones de dólares, lo que le coloca en el puesto 840 de las personalidades más ricas del mundo.
Schultz también fue propietario del equipo de baloncesto Supersonics, de Seattle, y ocupa el puesto de director en el Consejo de Administración de los estudios de animación DreamWorks. Además es cofundador del fondo Maveron.
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