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Reportaje:

Nadadora y futura princesa de Mónaco

Charlene Wittstock renuncia a los Juegos y planea su boda con Alberto

Charlene Wittstock no irá a los Juegos Olímpicos de Pekín. Puede que por aquel entonces Alberto II de Mónaco ya se haya casado con ella y ya sea princesa. Dice que ha renunciado a los Juegos a causa de una tendinitis, pero también puede haber renunciado porque no sabía si debía representar al pequeño principado o a su país natal, Suráfrica.

Desde hace ocho meses la rubia Charlene vive en Mónaco, en un apartamento, pero acompaña a Alberto en muchos de sus viajes. De manera discreta, pues "sólo" son una "pareja de hecho" y eso obliga a ciertos equilibrios protocolarios. Por descontado, ella sigue nadando regularmente. Y claro, integración obliga, sigue cursos de francés, pues no se trata de hablar a sus futuros súbditos en inglés o afrikaans.

Para los monegascos Charlene es una perfecta sucesora de Grace Kelly, también rubia, también joven, también atlética. Grace era actriz de cine y Charlene, deportista. Para Alberto, que era el hijo preferido de su madre, elegir como esposa una joven que tiene muchas características comunes con aquélla, es una forma de homenaje que algunos califican de edípica. Alberto, Charlene y las hermanas del primero celebraron las navidades en la Provenza, en Saint Rémy, cenando en Chez Bru, y la pareja marchó luego a Finlandia, a practicar el esquí y el bobsleigh, la especialidad de él.

Ahora, a finales de enero, viajarán a Berlín porque él tiene que entrevistarse con la canciller Merkel. Y luego, el 14 de marzo, al mismo tiempo que Alberto celebra sus 50 años, tendrá lugar el anual Baile de la Rosa, oportunidad de oro para que los adictos a ese tipo de celebraciones saquen del armario sus mejores galas y se dispongan a lucirlas con el mismo orgullo que el último lifting. Ese 14 de marzo se espera que Alberto haga pública la naturaleza de su relación con Charlene y precise un horizonte matrimonial.

La pareja, el pasado julio.
La pareja, el pasado julio.EFE

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