_
_
_
_
LA CALLE | En la web
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Viviendas en las nubes

Por primera vez desde 2000, los precios de los pisos de segunda mano en Barcelona, Lleida y Girona han bajado el 2%, según un informe del portal inmobiliario Idealista. A partir de esta noticia, replicada en cientos de sitios, los blogeros hacen sus propias cuentas. Algunas no son muy sofisticadas. "Bueno, si baja a este ritmo, quizá en el 3000 tendremos un piso decente", comenta uno. Alter-Natiba elabora un artículo con muchas más matemáticas e historia. "La nómina de mi padre en diciembre de 1979 era de 38.000 pesetas. A los pocos meses compró un terreno en otro pueblo de la misma provincia y en menos de cinco años de esfuerzo ya había levantado y pagado una vivienda de 120 m2. Han pasado 27 años. En 2006, y en el mismo pueblo donde vive, un piso modesto de 75 m2 a las afueras no se encuentra por menos de 35 millones de pesetas, y estoy siendo muy generoso. En el año 1979 el coste de un piso era del orden de 14 mensualidades de un peón de obra: 38.000 ptas. / mes por 14 meses = 532.000 ptas. El sueldo en 2006 de un universitario recién titulado en ingeniería informática sin experiencia profesional no llega a las 200.000 pesetas mensuales. En el año 2006 una vivienda modesta cuesta 175 mensualidades (¡14 anualidades!) de un ingeniero informático. 2.500.000 ptas. / mes por 14 meses = 35 millones de pesetas. Los pisos en el año 2006 deberían costar 2,8 millones de pesetas para que los jóvenes de hoy estuviéramos en igualdad de condiciones con nuestros padres en 1979".

No vols caldo, otro bloguero acude a las odiosas comparaciones. Las hace entre Barcelona y Viena. Según sus datos, un piso en alquiler en el centro de Barcelona no baja de los 900 euros. En Viena, ronda los 210. Bosco Curtu no se fía de las estadísticas. El porcentaje citado es sobre el precio de venta, pero, se pregunta, ¿y el precio final? "Hay que pensar que hace apenas dos años el vendedor no negociaba nada, y se le pagaba lo que pedía. Hoy en día el vendedor te llama para rebajarte el precio, ¡casi suplicando! ¿Cuánto significa esta bajada en realidad? Por otro lado, saldrán pronto los que digan: si han subido durante 10 años el 17% anual, ¡una bajada del 3% no importa! ¡Ja! Esta bajada no es más que el comienzo...".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_