De las papillas del Sevilla al 'sushi' del Barça
Nutricionistas muchos. Cocineros, ninguno. Al menos en la Liga española, en la que sólo el Madrid cuenta con un hombre de los fogones desde hace dos meses. En Inglaterra es un hábito como cualquier otro. En el Arsenal los jugadores cuentan con un buffet controlado por el club.
José Mourinho, ex técnico del Chelsea, decidió fichar al cocinero del hotel de concentración en Stamford Bridge porque su forma de cocinar la polenta (plato típico del norte de Italia hecho con harina y agua y que suele acompañar la carne) le volvía loco. En España todos coinciden con que el fútbol se puede resumir en "espaguetis y más espaguetis". La pasta es el hidrato de carbono favorito de los jugadores. Pero, ¿quién controla la alimentación de los jugadores? ¿Han desaparecido los bocadillos? En el Barça todavía no. Pero van acompañados por pasta, arroz y sushi.
El Sevilla es famoso por su papilla reconstituyente. Los jugadores la toman en el descanso para reponerse. La idea de Escribano, nutricionista del club andaluz, es llevar catering a casa de cada jugador para comidas y cenas. De momento, se limita a dar pautas a la plantilla para su alimentación diaria. Cuando el equipo juega en casa se junta a cenar después del partido en un hotel cercano al estadio.
También el Athletic tenía la costumbre de reunirse en el Jan Toki, un restaurante enfrente de Lezama. Sabino Padilla acabó con esa costumbre hace una década cuando introdujo nuevos hábitos alimenticios en el club vasco. Uno de ellos fue pedir a algunos jugadores que bajasen la dosis de chuletón. Y en Valencia se ha visto a los jugadores subir a menudo al autocar con un trozo de pizza en la mano.
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