El Alcoyano sonroja al Barça

El Barcelona fulminó la eliminatoria en Alcoi, en la ida (0-3), pero ayer destrozó la imagen de un equipo obligado a ganar incluso los trámites. Dos goles de Ezquerro en los primeros diez minutos invitaban a una fiesta infantil, pues la mayoría de los 30.000 espectadores que se acercaron al campo eran niños. Los vendedores de palomitas y caramelos hicieron su agosto pero el Barcelona arruinó la fiesta. El Alcoyano, un Segunda B, fue capaz de igualar el partido y si no terminó por ganarlo fue, posiblemente, porque se le agotó el tiempo ya que obtuvo su segundo gol en el minuto 89.

Consciente de que el partido era un trámite, Rijkaard concedió minutos a los jugadores que menos ha utilizado esta temporada y realizó muchas pruebas. Pocas salieron bien. El técnico holandés sólo alineó a dos jugadores -Puyol y Deco- del equipo que perdió contra el Madrid el 22 de diciembre e hizo debutar al portero del filial, Oier, que tuvo poco trabajo en el primer tiempo pero encajó dos goles en el segundo, cuando el Barcelona se echó tan atrás que se metió en su área. De ahí sacó petróleo el Alcoyano, que abrió su cuenta gracias a un estúpido penalti y empató en una buena jugada con pase de la muerte que finalizó Arnau.

En la nota más feliz del juego, regresó a la competición Edmilson después de medio curso en blanco y aguantó todo el partido. De más a menos, evidentemente, no le dieron excesivos apoyos ni Deco, que jugó al tran-tran, ni Gudjohnsen, participativo pero nada entonado. Le faltó tensión al centro del campo y por consiguiente al juego azulgrana. Chocó con una barcaza de pesca el transatlántico azulgrana y se le abrió tal vía de agua que estuvo a punto de zozobrar. En nada ayudó el excesivo individualismo en una delantera inédita formada por Ezquerro, Bojan, de ariete, y Giovani en la izquierda. Los tres hubieran sido felices de haber tenido una pelota para cada uno, porque sólo se la pasaron en el primer minuto. Después, cada uno fue a lo suyo, y sin juego ni puntería, parecieron concursar para ver quién metía el tercer tanto. No lo consiguieron.

Poco tensionado en el medio y poco combinativo en las acciones ofensivas, no dejó en ningún momento sensación de equipo y terminó pagando su desidia. Mediada la segunda parte, un estúpido penalti por manos de Ezquerro, propició el cambio de decorado. Se ganaron a pulso los jugadores del Alcoyano el empate y, siendo cierto que el Barcelona pasó la eliminatoria, no lo es menos que la historia hablará de un partido patético. Su nefasta segunda parte recordó a la de partidos como los que también empató en el tramo final del anterior campeonato de Liga ante el Betis y el Espanyol. Para el Alcoyano fue una fiesta, para el Barcelona, el partido fue de sonrojo.