Tópicos en cadena
La falta de originalidad impregna los programas de Fin de Año
Mucho ruido y pocas nueces. Sería interesante que un año, por variar, las cadenas sorprendieran a los espectadores que han decidido quedarse en sus casas con la televisión encendida con unas propuestas innovadoras. Salvo honrosas excepciones, las programaciones especiales de Nochevieja, antes, durante y después de las campanadas, se movieron por caminos trillados, con añejas actuaciones musicales y parodias muy poco graciosas como columna vertebral.
TVE
Ciudadano Mata
El héroe de la noche en La 1 fue José Mata, la mitad morena de Cruz y Raya, cuyo espectáculo Ciudadano Kien tendría que haber durado hasta las campanadas para evitarnos así la retahíla familiar con la que la concluyó Antonio Garrido, nuevo en esta plaza, la clásica retransmisión desde la Puerta del Sol. En su interminable homenaje a su familia, Garrido, que compartió cartel con una muy solvente Anne Igartiburu, podía haber intercalado el nombre de Ramón García, desertor de las uvas, ahora en Antena 3. Celillos a la mar.
Después de las 12 uvas, convocó a los de siempre a cantar lo de este año, y por allí desfiló, ante un público al que tenían que haber pedido más entusiasmo, una enciclopedia nacional del folk que serviría también para el año que viene. Ninguno fue capaz de quitarnos de la boca el buen sabor de José Mata, un cómico en esa hilera de genios que arranca en Jardiel y en Mihura, sigue en Azcona y cruza hasta Tip y Coll y Martes y Trece; la mitad de Martes y Trece (Yuste) compareció con Mata para hacer una divertidísima parodia de lo que hoy el móvil le hace a la vida. Desfilaron la educación para la ciudadanía, los problemas del AVE en Cataluña, el cambio climático (espléndida imitación de Fernández de la Vega), la corrupción urbanística (¡hasta una maceta puede ser recalificable!), el himno de España...; vino en auxilio de Mata un buen número de cómicos o actores (Motos, Veiga, Carlos Iglesias, Segura...), y contó también con la complicidad de nombres propios de la Casa, como Erquicia y Pepa Bueno, cuyo aplomo en la parodia de su programa (Los ayunos, en la versión de Mata) ayudó a la hilaridad propiciada por el humorista. Hice zapping a La 2, y vi joyas de Muchachada Nui y perlas de Gomaespuma, que aportaron una selección de lo que han sido sus programas en M-80 y en Onda Cero. Una muy buena colección de humoristas antes de que Garrido arrojara sobre la mesa esa lista de su familia ante la asombrada Igartiburu.- JUAN CRUZ
ANTENA 3
¿Qué he hecho yo para merecer esto?
En el siempre problemático repaso de tu vida, logros, fracasos, pérdidas y carencias que te impone el Fin de Año, me planteo observando el cutrerío que exhibe Antena 3, esa cadena empeñada en convencerte mediante su lema promocional de que está destinada a gente como tú, lo mal que te lo tienes que haber montado profesionalmente en tu patética existencia para pasar esta Nochevieja que no volverá consumiendo añejos vídeos musicales de una gente que se llama Bustamante, Marta Sánchez, Paula Vázquez. Por cierto, ¿qué le ha ocurrido en el careto a esta señora tan sugerente y sexy, quién la ha convencido para borrar las antiguas y reconocibles señas de identidad de su rostro? O asistiendo a la fenicia promoción de las 12 maravillas de España, elegidas democráticamente por el amado público que se gasta una pasta enviando golosos mensajes SMS, escuchando el ufano testimonio del alcalde de Córdoba sobre el insigne patrimonio de la humanidad que representa su victoriosa Mezquita, oyendo renovadas y lúdicas versiones de clásicos de la música racial como Será maravilloso viajar hasta Mallorca, Macarena y Aserejé.
Antes, he deglutido las esperanzadas uvas alentado por el deprimido y encapotado maestro de ceremonias Ramón García (le ha marcado el cruel destierro de su feudo ancestral) y por una Anabel Alonso todo senos y alegría genética. Los primeros spots del año me recuerdan que hay que soñar con colchones no se qué, que se vive como se bebe y seguir confiando la leche de siempre. Una hora más tarde. Un presentador pragmático que para que nuestros deseos se hagan realidad conviene que pidamos poquito. Una hora más tarde vuelven a celebrar la llegada del Año Nuevo a Canarias. Y en este plan toda mi desdichada noche. Y haciéndote todo el rato este almodovariano interrogante: ¿qué he hecho yo para merecer esto? Decido volver a beber y a drogarme.- CARLOS BOYERO
CUATRO La lluvia de Sevilla
La antología, de versos o de sucesos, favorece: la suma de las partes abulta el conjunto. En el especial 2007, crónica de un año, Iñaki Gabilondo enfocó, naturalmente, unos acontecimientos más que otros, pero tuvo el acierto de incluir completa la famosa declaración de Rajoy sobre su primo, el calentamiento global y las predicciones de lluvia en Sevilla, que cobraba así una relevancia inconmensurable. Elaborada con la sabida facundia verbal del líder del PP, y no por tanto un simple pronto soltado a bocajarro, sería muy inteligente (y eficaz) que el PSOE difundiera en su página web o en YouTube esa monumental soplapollez rajoyana para hacer campaña en marzo. Entre noticia y noticia, Gabilondo comentaba, menos encendido que de costumbre pero complementando su relativa beatitud navideña con las minicolumnas de opinión oral de, entre otros, Santos Juliá (no le gustó nada el "por qué no te callas"), Nativel Preciado (advirtiendo contra las oenegés malas, que las hay) y Manuel Vicent sobre los nuevos héroes sociales.
A continuación, Cuatro ofreció dos horas largas de un florilegio anual más ligero encomendado a Manu Carreño y Manolo Lama, Los Manolos. All my loving, título que tendría posibilidades en el festival de Eurovisión. Mis rescates favoritos: el baile gamberro de los dos Pablos, Carbonell y Motos, con aires tiroleses, el monográfico cuernos extraído de distintas series de la casa, y el reggaeton regio de la frase del año lanzado por Eva Hache.
Llegada la hora punta, intriga y suspense. Boris se encontró con un Izaguirre de látex, y por un momento creímos que Cuatro iba a atreverse a proponernos un trío; al final las uvas las cantaron, muy bien, Boris y Ana Siñeriz solos, sin tomarlas ellos mismos ni tocarse. Antes de la despedida se dieron el esperado beso, y yo me propuse para el nuevo año cumplir -al menos en esta sección- el minideseo expresado por Concha García Campoy: "Cuando alguien piense algo bueno de alguien, que lo diga".- VICENTE MOLINA FOIX
TELE 5 Pachanga y 'autozapping'
Confirmado: la horterada televisiva de la Nochevieja goza de excelente salud. Nada mejor que la cadena que lanzó las inefables mamachichos para comprobarlo. Pasan las generaciones y Rafaella Carrá o Julio Iglesias parecen grandes señores al lado de los Bisbal, Bustamantes y Paulinas que animaron el nuevo año. Lo mismo sucede con el hit de Escenas de matrimonio,que despidió a 2007: las parejas de Roberto y Marina, Natalio y Paca, y Miguel y Sonia son banal actualización de aquellas Florindas Chicos, Gracitas Morales o Martínez Sorias de toda la vida. El machismo rancio, la impertinencia, el tópico siguen en plena forma.
¿Algo nuevo? La bacanal consumista actual tiene ya poco que ver con los viejos delirios: hoy la inamovible caspa va a la última moda y su puesta en escena sigue las últimas tendencias. A destacar: el zapping (constante, abrumador, cortando escenas y canciones) lo hace la propia cadena evitando al telespectador tal vicio, con la ventaja inducida de que no hace falta emborracharse: ellos lo hacen por ti. Debe tratarse de una nueva forma de servicio público: ¿cuántos puntos ahorra una falsa borrachera al automovilista? Interesante propuesta.
Más novedades de la pachanga: las campanadas patrocinadas (por la Expo de Zaragoza y una tarjeta de crédito cuyos comecocos comían las uvas junto a Roberto y Marina mientras unos números digitales se diluían -¡oh!- en agua) confirman que el tiempo es oro. ¡Originalidad! Ya no hay un último anuncio del año y un primero: todo es patrocinio. Esto es productividad. Y una pirotecnia que transformó Zaragoza en Valencia: ¡viva la España plural!
Detalles: los inolvidables guantes rojos cubiertos de anillos y pulseras de una Marina muerta de frío. La seudopresentación: escenas discotequeras exclusivas con el escote de Carmen Alcayde como protagonista. La sesión dosificada de strip-tease: suficiente para que los obispos se lleven las manos a la cabeza. Los montadores se ganaron el sueldo.- MARGARITA RIVIÈRE
LA SEXTA 'Trash'
No hay acontecimiento menos televisivo, con más audiencia y al que las cadenas dediquen mayor atención que el Fin de Año. De hecho, no pasa nada especial, un simple cambio de calendario. Lo único diferente es que hay que celebrarlo. Y en eso no suele haber término medio entre la tradición inmovilista -tipo concierto desde el Musikverein de Viena o concurso de saltos de esquí desde Garmisch- y la horterada más desabrochada. La Sexta optó por lo segundo: una reformulación del programa de famoseo Sé lo que hicisteis... extendido a todo 2007, con una recopilación de los supuestos mejores momentos del año junto a las pifias más monumentales... fundamentalmente de las otras cadenas, no de la propia. Ingenuidad: un par de gags estratégicamente distribuidos sobre ti mismo te cubren de la sospecha de barrer para casa. Pues ni eso.
Conducía el programa, que inició a las 21.25 horas, su titular, Patricia Conde, rodeada de sus fieles: Miki Rubio, Ángel Martín -vestido de árbol de Navidad-, Pilar Rubio (en YouTube se encuentra un vídeo del beso con lengua entre la reportera y su jefa) y Dani Mateo, ensangrentado por la tunda de ficción que le proporcionaron unos porteros de discoteca. El decorado fue buscadamente trash: unos cuantos regalos envueltos a los pies de la mesa de los presentadores y para de contar. Ninguna actuación musical, sólo citas de otros espacios, como Cambio radical, donde apareció un sujeto que Miki Rubio presentó así: "Se dedica a la agricultura y no es gay" (?). Risas enlatadas, por supuesto. Barato, barato.
Ya próxima la medianoche, Patricia Conde se dedicó a reventar contra el suelo unos huevos pintados con rasgos de conocidos presentadores, de los que iban apareciendo en pantalla sucesivos vídeos. Al final llegaron las campanadas, gráficamente bien resueltas: una barra de estado señalaba los cuartos y las horas sin posibilidad de équivoco. Lo mejor, el lema del sponsor, una tarjeta de crédito que advertía: "Equivocarse con los cuartos no tiene precio". Tampoco lo tuvo celebrar el Fin de Año con un programa de vuelo tan rasante como éste, la verdad.- AGUSTÍ FANCELLI
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