Montilla justifica el pesimismo de los catalanes pero les pide autoexigencia
Un guiño de comprensión hacia los catalanes desmoralizados por un año de crisis en las infraestructuras y, a la vez, una llamada a la autoexigencia y a evitar el "victimismo". El presidente de la Generalitat, José Montilla, pasó página ayer en su discurso de fin de año a un ejercicio "complicado" y pidió confianza en 2008, año en que el Gobierno central y la Generalitat deben negociar la nueva financiación de Cataluña, según prevé el Estatuto.
Montilla no citó los problemas concretos que ha sufrido Cataluña. "No hace falta que insista en ello", dijo refiriéndose a la crisis ferroviaria de Cercanías, al apagón sufrido por miles de barceloneses durante tres días el pasado mes de julio o al colapso de las autopistas catalanas también en verano. Tampoco se aludió directamente al retraso en la llegada del AVE a Barcelona, una infraestructura todavía sin fecha de inauguración.
"El año que dejamos atrás podría justificar una cierta desmoralización colectiva y alimentar la conocida tendencia al victimismo", reconoció. Eso sí, advirtió que "esta actitud no arregla nada y no nos ayuda, por más justificada que pueda estar".
Por este motivo, animó a los catalanes a superar los problemas con "voluntad constructiva" y a "elevar la exigencia colectiva". Montilla se puso a sí mismo como ejemplo, recordando su "seria advertencia" al Gobierno central cuando le avisó de la creciente "desafección" de los catalanes hacia España.
"Motor de España"
Para dejar atrás los problemas de 2007, Montilla confió en que el próximo año se vean los resultados de la creciente inversión del Estado en Cataluña. "Se está invirtiendo como nunca; estoy convencido que esta mejora hará que los servicios funcionen mejor", afirmó.
La inversión en Cataluña y la mejora de la financiación serán, previsiblemente, los principales asuntos de la agenda política catalana en 2008. Según el Estatuto, la nueva financiación debe pactarse antes de agosto. "No será un proceso fácil ni rápido pero lo conseguiremos", aseguró. "Lo que pedimos es necesario y justo, porque Cataluña quiere seguir siendo el gran motor de España", remachó.
El presidente de la Generalitat quiso redoblar el tono comprometido de su mensaje retransmitiendo el mismo desde una comisaría de los Mossos d'Esquadra, que en 2008 deben culminar su despliegue al conjunto de Cataluña. El año pasado, el presidente ya hizo su discurso desde otro edificio público, un hospital.
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