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Reportaje:ANTE EL NUEVO AÑO

Se acabó la fiesta en la banca

Las entidades financieras se centrarán en los depósitos y gestión de patrimonios en 2008 para intentar salvar la crisis

Íñigo de Barrón

Este año será recordado como el del verano del susto. La crisis que asomó la cabeza a finales de julio pasado parecía un producto made in EE UU pero ha acabado explotando en el corazón de Europa, con fuertes daños colaterales en España. La mayoría de los bancos y cajas de ahorros no han sido conscientes de la magnitud de la crisis de liquidez que ha provocado la crisis de las hipotecas de alto riesgo hasta el final del otoño. Algunas entidades, sobre todo cajas, se presentaron en octubre con crecimientos en el crédito (sobre todo hipotecarios) cercanos al 30%. La mayoría de los bancos ya había echado el freno y tenían incrementos del 15%.

Hay una frase famosa en el sector financiero que dice que los bancos centrales son los que, cuando mejor y más divertida está la fiesta, llegan y se llevan la sangría. En lenguaje no figurado supone que los bancos centrales suben los tipos de interés cuando hay más alegría inversora en los mercados con el objetivo de rebajar el calentón.

Las apuestas del año serán los depósitos, en detrimento de los fondos, los seguros, la banca privada y los créditos a las pymes
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Sin embargo, en esta ocasión eso no ha ocurrido y la borrachera puede provocar una mala resaca. La patronal bancaria cree que el PIB español se podría acercar al 2,5% en 2008 frente al 3,1% esperado por el Gobierno para este ejercicio. La banca, oficialmente, no teme que estas complicaciones afecten con fuerza a las entidades financieras. "El sector se encuentra en unas excelentes condiciones de solvencia, rentabilidad, eficiencia y provisiones", afirman. Sin embargo, en privado, algunos bancos consideran que "la situación está difícil y se pondrá peor en 2008. Al menos, hasta septiembre".

La patronal de las cajas de ahorros, la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), fue más dura. Su presidente, Juan Ramón Quintás, pidió que se reduzcan los beneficios y se incrementen las provisiones, si es necesario, para "hacer colchón ante lo que viene".

Es cierto que la crisis ha llegado en un momento dulce para el sector. Los bancos y cajas de ahorro ganaron, hasta septiembre, 21.731,6 millones, un 20,68% más. En concreto, la banca ganó 14.140,94 millones de euros, en tanto que las entidades de ahorro obtuvieron un beneficio de 7.590,67 millones, diferencia que se explica en buena medida por la operativa internacional de la banca y también por las plusvalías extraordinarias de estas últimas entidades.

Pero las fórmulas del 2007 no valen para el siguiente año. El escenario es tan radicalmente distinto que existe desconcierto en el sector. La prueba es que se ha tardado más que nunca en redactar los presupuestos. Un buen número de entidades ha tenido que esperar hasta noviembre o diciembre para concretar cuáles iban a ser las apuestas de negocio para 2008.

Según diferentes directivos de bancos y cajas, lo que está más claro es que hay que sustituir el crédito al ladrillo. No será una caída total, pero sí una rebaja superior al 50% sobre los niveles actuales. Para financiar la actividad económica, los depósitos serán los productos estrellas del próximo año. Ya lo han sido en el último trimestre, pero se agudizará la guerra en los próximos meses. Las primeras pruebas han sido los traspasos de fondos de inversión a depósitos, con el reclamo de las altas rentabilidades, tras la subida de tipos. Sin embargo, pese a este interés de las entidades financieras, los clientes no deben olvidar las ventajas fiscales de los fondos de inversión.

Otro sector atractivo será el de la banca personal y banca privada. Incluso las cajas de ahorros, tradicionalmente más alejadas de este segmento, están interesadas en comprar gestoras de patrimonios. La Caixa y Caja Madrid han presentado ofertas por Morgan Stanley España, con 8.000 millones gestionados. La BBK ha cerrado la compra de Fineco, que controla mil millones de sus clientes.

Los productos de seguros también son un objetivo clave. Tradicionalmente no han despertado el interés de bancos o cajas por su complicada venta. Ahora se consideran básicos para la venta cruzada y se llegarán a acuerdos con aseguradoras. Mapfre, Allianz y Axa, que está negociando, son buenos ejemplos.

Los jóvenes y los inmigrantes también han tomado una relevancia que no tenían en el pasado. Se les considera clientes de futuro, con baja demanda de crédito y una cierta capacidad de consumo.

¿A quién dar créditos? Además de los préstamos al consumo, las estrellas del sector serán las pymes y las empresas medianas. Los bancos, sobre todo algunos como el Banco Popular, ya vieron venir esta situación hace dos años y maniobraron en esta dirección. Las cajas lo tienen más difícil porque no tienen experiencia en este campo, donde se obtiene alta rentabilidad, pero también fuerte morosidad.

Lo que está claro es que 2008 será un buen ejercicio para ver quiénes son los buenos gestores, aquellos que saben navegar cuando llega la mala mar.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.
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