Touriño descarta que su 'indisciplina' vaya a abrir una crisis

El presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, se reafirmó ayer en su decisión de ausentarse del pleno del Parlamento autónomo para no respaldar con su voto el dictamen sobre la Cidade da Cultura, alegando que la Cámara "está para hacer política" y que "los expedientes judiciales se instruyen desde otro poder del Estado".

El jefe del Ejecutivo gallego explicó así su ausencia del pleno en la votación que llevó al Grupo Parlamentario Socialista, que él mismo preside, y a sus socios del BNG en la Xunta a aprobar el dictamen de la Comisión de Investigación que fiscalizó la Cidade da Cultura y que recomienda poner en manos del Ministerio Fiscal las irregularidades cometidas por el anterior Gobierno del PP en la tramitación de la obra.

Touriño, que el jueves se salió de la Cámara en el momento de votar, argumentó ayer que "el presidente, en las cuestiones relevantes, en las que está comprometido ante los ciudadanos, no se siente atado por nada que no sea su compromiso de lealtad con los ciudadanos". Pese a que el dictamen fue aprobado con los votos de su partido y del BNG, el presidente gallego negó que existiese "discordancia o algún tipo de crisis".

"Hay una posición del presidente, con todo el derecho para ejercerla, y una de los grupos que deriva de la dinámica propia del trabajo del Parlamento. No hay contradicción ni ningún tipo de problema", concluyó.

Fortaleza del bipartito

Pese a todo, el presidente gallego no quiso precisar si hubiese actuado de la misma manera de ser imprescindible su voto para aprobar el dictamen (en el pleno del jueves faltaban cuatro diputados del PP, lo que garantizaba la aprobación del texto a pesar de su ausencia). Se limitó a decir que el presidente siempre "colocará sus principios por encima del todo".

Casi al mismo tiempo, su número dos en la Xunta, el nacionalista Anxo Quintana, advertía de que "la fortaleza del Gobierno bipartito gallego es la unidad en sus votaciones". El vicepresidente recordó que durante los más de dos años de coalición, "invariablemente los 38 votos de la mayoría en el Parlamento gallego sirvieron para dar estabilidad al Gobierno". A renglón seguido, optó por no valorar el gesto Touriño: "Es mi presidente y todas sus decisiones las contemplo con respeto".