"En el PP de Santiago hay que cambiar hasta la sede"
Veinte años después, vuelve a ser el referente del PP en Santiago desde el grupo municipal y aspira a presidir el partido en un congreso que se celebrará previsiblemente después de las elecciones de marzo, a las que, Gerardo Conde Roa (Padrón, 1959) acudirá, según fuentes populares, como candidato al Senado. Con una fuerte oposición interna, advierte a sus compañeros de partido de que la renovación no tiene vuelta atrás. Y al alcalde socialista, Sánchez Bugallo, que "los plenos tranquilos se han acabado" porque llega "una derecha no acomplejada".
Pregunta. ¿Cómo valora estos seis meses de oposición?
Respuesta. Veo cambios sustanciales, cada candidato y cada grupo municipal tiene una forma de trabajar. El nuestro es seguir de cerca los temas del gobierno. Hay gente que la califica de dura, yo diría que es sólo oposición. Lo cierto es que el gobierno intenta establecer mordazas y, lejos de desmotivarnos, eso nos invita a buscar mecanismos que nos permitan hacer nuestro trabajo. La gente ha percibido bien ese cambio de estilo.
"Se acabaron los plenos tranquilos, no creo en la derecha acomplejada"
"Es inconcebible que Santiago no tenga aún proyecto de presupuestos"
"El PP sería para el PSOE un socio más dialogante que el Bloque"
P. Y el bipartito, ¿cómo lo ve?
R. Es un gobierno en descomposición. Todavía la pasada semana visitamos varias obras que son un desastre, el parque de bomberos lleva años de retraso por falta de rigor en los presupuestos. Hay ejemplos, como el aparcamiento del Hospital Clínico que será el más caro de Santiago. El bipartito no tiene ideas y vende viejos proyectos.
P. PP y PSOE han pactado los presupuestos en Lugo. ¿Podría darse eso en Santiago?
R. Aquí la coalición tiene más experiencia, pero está siendo perjudicial para el alcalde y el PSOE, atenazados por el sector más radical del BNG, que es la UPG, un partido estalinista y antidemocrático. Es inconcebible que no tengamos un proyecto de presupuestos para discutir cuando otras ciudades los aprueban. Indica las dificultades para gobernar de PSOE y BNG. Nosotros podríamos ayudar porque así entiendo la oposición, pero el alcalde Bugallo no está por colaborar con el PP. Seríamos compañeros más dialogantes que el BNG. Eso le compete al alcalde.
P. ¿Cual es su relación con el Bloque? Tras las elecciones les hizo un guiño para pactar y ahora les dedica duros descalificativos en entrevistas y plenos.
R. Cuando se habla de plenos crispados, me hace gracia. Hace años siempre eran así. Yo soy un político no acomplejado, pertenezco al PP desde siempre, igual hay otra derecha acomplejada, yo no lo soy. Igual el Bloque esperaba eso, pero no ha sido así. No tengo mala relación con ningún concejal, aunque la época de plenos tranquilos se tiene que acabar. La oposición tiene un papel importante que cumplir.
P. Llegó usted a Santiago como hombre fuerte del partido, obtuvo un resultado notable en las municipales pero hay un sector del partido que no le tolera, muy crítico con su gestión.
R. No he oído críticas en los órganos internos que es donde me puedo defender. No he hecho nada, salvo renovar el grupo municipal porque no creo en los tapones generacionales y después de 20 años de concejal, si alguien no entiende y se posiciona en contra, yo sólo puedo defender mi criterio.
P. ¿Por qué no hubo en Santiago un congreso extraordinario para elegir presidente como en Ourense o Pontevedra donde también hay elecciones?
R. No sé. Aterricé como candidato y estaba desvinculado de la vida orgánica del PP. Creo que hay ciudades donde la realidad del partido es más uniforme, como Vigo o Pontevedra, y en otras donde la situación es más compleja. Hay que gastar las energías en lo que interesa a todos, que es ganar las elecciones. Ahora no podemos molestar a los militantes con disputas internas ni despistar a la opinión pública con nuestras batallas.
P. Su partido da por hecho que será candidato al Senado.
R. No hablaré de listas hasta después de Navidad.
P. Después de marzo el PP de Santiago elegirá presidente. Compite usted con Carlos Pillado, hijo del ex secretario del PP durante dos décadas. ¿Será Conde Roa contra el oficialismo?
R. Ojalá haya más candidatos. A Carlos Pillado lo traté poco, tiene el aval de su padre, yo no tengo avales familiares.
P. A usted le apoya Feijóo.
R. No sé. Creo que con buen criterio el presidente verá el proceso desde la barrera y dejará que el partido en Santiago se organice como quiera. La dependencia que tengo es la instrucción que recibimos los portavoces del PP de presentarnos a los congresos locales.
P. Si Feijóo le hizo ese encargo, le apoyará.
R. No entro en personalismos, pero es una propuesta razonable para evitar bicefalias sobre todo en ciudades pequeñas, porque a veces conducen a situaciones poco recomendables.
P. Sus rivales pedían un congreso para despertar al PP.
R. No sé qué despertador tendrían. No creo que el mecanismo sea un congreso. No encaja que digan que les importa el partido y pidan un congreso.
P. Sus posturas y la del sector oficialista parecen irreconciliables. En una reunión interna usted les acusó de haber convertido el partido en una inmobiliaria y de vender pisos en la sede.
R. No comento comentarios. Lo que digo es que el futuro presidente debería ser capaz de presentar un proyecto de futuro para los próximos años e ilusionar a la militancia. Yo tengo todo el interés en llevar mi forma de trabajo en el grupo municipal al partido porque creo que da resultados. No hice nada que pudiera ofender a ese sector del partido salvo haber renovado la lista electoral. Si hay alquien que cree que pierde poder, deberá explicárselo a la militancia.
P. Cuando califica esa información como comentario, ¿está desmintiéndola?
R. No niego ni confirmo nada, digo que no comento reuniones en las que procuro expresarme con libertad y claridad, de manera que todo el mundo se pueda defender. Y lo que no hago es salir a contarlo a un periódico, eso me parece reprobable.
P. ¿Le consta que en la sede del PP de Santiago se vendiesen pisos y se pactasen mociones con el gobierno a cambio de recalificaciones?
R. He dicho allí lo que tenía que decir usando una libertad de la que debe disponer cualquier militante. El problema no está en mí, sino en el que sale y va contando las cosas. No voy a hacer más comentarios.
P. Ofrece un estilo diferente de hacer política, ¿no le gustaban los modos del PP local?
R. Yo quiero un PP con mayor presencia social, más interclasista que refleje mejor la sociedad de Santiago. Fíjese, creo que hay que cambiar hasta la sede en la que ya llevamos desde 1974. Ese local echa para atrás. Hay que hacer un partido abierto, no se puede recibir a la gente con reticencias y me gustaría más participación de los militantes. Hay que devolverles la ilusión. Nosotros demostramos que se puede ganar en Santiago, lo que hasta ahora se veía como una quimera. Quiero gobernar en Santiago, pero eso implica cambios en las actitudes, en las formas de trabajo y en las personas. Hasta en la sede. Hay que salir de aquel bajo.
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