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Crónica:17ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Silva recompone al Valencia

El extremo canario da el empate en Zaragoza al cuadro de Koeman

Jordi Quixano

Al Valencia le alcanzó con dos destellos de Silva para firmar las tablas ante el Zaragoza, tan incisivo en los últimos metros como blandengue en los primeros. Obcecado Koeman en remozar a su maltrecho equipo, el técnico holandés ha borrado de un plumazo el sello que dejaron sus predecesores en el último lustro. El Valencia rasea el balón. O lo intenta porque no dispone de los jugadores adecuados. Una carencia acentuada que a punto estuvo de costarle el partido en La Romareda. Entre otras cosas, porque el rival ejecutó con acierto la presión en posiciones adelantadas y le obligó a desprenderse del cuero. Y sin la pelota en los pies, el Valencia quedó desdibujado. Lo opuesto al Zaragoza, que tiró de Celades y de un fabuloso gol de Sergio García para poner en jaque al adversario. Hasta que apareció Silva.

ZARAGOZA 2 - VALENCIA 2

Zaragoza: César (L. Vallejo, m. 17); Diogo, Sergio, Ayala, Juanfran; Zapater, Celades, Luccin (Óscar, m. 73), Sergio García; Diego Milito y Oliveira (Valero, m. 80). No utilizados: Pavón; Chus Herrero, Víctor y Burbu.

Valencia: Mora; Miguel (Helguera, m. 46), Marchena, Caneira (Lombán, m. 50), Moretti; Baraja, Montoro; Joaquín, Silva, Mata (Zigic, m. 46); y Arizmendi. No utilizados: Guaita; Sunny, Fernandes y Vicente.

Goles: 1-0. M. 17. Diego Milito, de penalty. 2-0. M. 29. Sergio García. 2-1. M. 75. Zigic. 2-2. M. 82. Silva.

Árbitro: Paradas Romero. Mostró la cartulina amarilla a Caneira, Miguel, Helguera, Luccin, Marchena, Celades, Zigic y Diogo. Expulsó a Koeman (m. 57)

Unos 28.000 espectadores en la Romareda.

Despedidos los veteranos, como Albelda y Cañizares, y negada la continuidad de la única sorpresa amable en los últimos tiempos -Zigic marcó dos goles en el anterior duelo-, el Valencia se presentó como un equipo anémico y deshecho. Parte de la culpa la tuvo el trío arbitral, que se tragó un penalti por una mano de Ayala y señaló otro en el área opuesta, claro también. Diego Milito le pegó seco y Mora, que llevaba dos años y medio sin ajustarse los guantes, se lanzó al lado equivocado. Palo tremendo para el Valencia, que se empecinó en tocar y tocar en la medular, al tiempo que se le enroscaban las piernas ante el último pase. Sólo Silva, trescuartista, se ofreció y trató de conectar con Arizmendi. Lo hizo más tarde, con Zigic. El Valencia no marcaba en Liga desde el 10 de noviembre ante el Murcia.

Acostumbrado el Zaragoza a enrojecerse cuando el rival se desentiende del balón, anoche Celades fue el remedio. El medio centro carece de un físico tremendo y un pase vertical excelente, pero siempre tiene el partido y el campo en la cabeza. Antes de recibir, sabe dónde pasar. Levanta la cabeza, oxigena el juego, reparte a los costados, ayuda en las coberturas y ajusta las líneas. Y se entiende con todos. Sobre todo con Sergio García, que se desplegó por la izquierda y se removió por todas partes hasta encontrarle las cosquillas a la defensa del Valencia, tan novel como desajustada. Con un disparo inverosímil y envenenado desde el ala izquierda, cerca del banderín de córner, el delantero se inventó el segundo gol del Zaragoza. Silva se rebeló. Primero puso un centro a la cabeza de Zigic y luego definió desde dentro del área grande con una gran jugada individual. Dos acciones, dos goles y un empate.

Antes de iniciarse el partido, el Valencia se conjuró en una melé para obviar los revuelos que vive el club. Tras el partido, la directiva del Zaragoza decidió confirmar en el puesto a Víctor Fernández.

Silva y Luccin se disputan el balón.
Silva y Luccin se disputan el balón.EFE

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