_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Sapos

Juan José Millás

Dada la simpatía de Zapatero por los terroristas (tal como vienen denunciando los dirigentes de la AVT y del PP), se entiende su foto con Gaddafi. Conociendo sin embargo la repugnancia de Aznar por los violentos y los dictadores, cabe imaginar el mal trago que supuso para él cenar con el líder libio en la intimidad de una jaima. Gajes del oficio. Los buenos políticos empiezan el día tragándose un sapo. Cuando uno se dedica al bien común, ha de aparcar la conciencia en favor del interés general o de la cuenta corriente particular. Seguro que Aznar tuvo poderosas razones de uno u otro signo para aceptar la invitación a ese festín al que, para más ignominia, también se tuvo que arrastrar Ana Botella. Es lo que tienen los sapos gananciales. Algo le ocurre a Gaddafi con Aznar, pues ya en su día le regaló un caballo que el entonces presidente del Gobierno de España aceptó a regañadientes (qué habrá sido, por cierto, de aquel noble animal).

Tal vez todas estas invitaciones, que el sentido de la responsabilidad le impiden rechazar, formen parte de un plan de los dictadores del mundo para acabar con uno de los últimos defensores a ultranza de la libertad. De ser así, quizá el próximo agasajo le venga de Fidel Castro, o del mismísimo Chávez, que para hacerse perdonar tendría que regalarle dos caballos, además de un contrato. Imaginamos que el peor momento de estas cenas debe ser el de los postres, cuando el dictador o el violento echan mano a la cartera a fin de pagar el favor. Para alguien que, como Aznar, odia todos los terrorismos, incluido el de Estado, tiene que resultar muy violento. Lo malo es que si continúa aumentando el número de caballos (o de contratos), tendría que acudir al próximo banquete con toda la familia, como cuando fue a visitar al Papa, otro demócrata que paga con indulgencias. Perra vida.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_