El Senado de EE UU aprueba nuevos fondos para la guerra de Irak
Los demócratas pierden una batalla de la que se ausentaron Obama y Clinton
Fue batalla perdida tras batalla perdida durante meses hasta el fracaso final en la noche del martes. Los demócratas caían derrotados en el Senado de Estados Unidos en su último intento por vincular la aprobación de nuevos fondos para la guerra a una retirada de las tropas en Irak, donde cerca de 4.000 estadounidenses han muerto desde que comenzó la invasión en marzo de 2003.
El conflicto bélico interesa menos a los votantes que la economía
El resultado fue abrumador: 70 votos a favor frente a 25 en contra de conceder al presidente George Bush nuevos fondos para las contiendas de Irak y Afganistán, un total de 70.000 millones de dólares. Hubo cuatro grandes ausencias a la hora de ejercer el sí o el no. Ninguno de los cuatro senadores demócratas en la carrera por la Casa Blanca (Hillary Clinton, Joe Biden, Chris Dodd y Barack Obama) abandonó sus mítines para asistir a la perdida votación.
Se acabaron las tablas. Bush puede cantar jaque mate y apuntarse una victoria sobre la mayoría demócrata en el Congreso, ya que a falta de un último trámite en la Cámara, la ley con los nuevos fondos para Irak y Afganistán estará pronto sobre la mesa del presidente para que estampe su firma. Ya no tendrá que ejercer el mandatario el veto prometido. Ha sido precisamente intentando evitar este veto como los demócratas han cedido a la presión, para dejar definido el presupuesto antes de fin de año, ya que el último caducó el 30 de septiembre.
"Necesitamos aprobar este plan de gastos, con fondos para las tropas, sin condiciones ni más demoras", declaró el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell. "Incluso los que no apoyan la guerra están de acuerdo en que las tropas en el campo de batalla no pueden carecer de los recursos que necesitan", puntualizó el senador.
Bush gana y los demócratas pierden en un tema que, lejos de ser polémico, está dormido en la sociedad y en la campaña electoral para las presidenciales de 2008. Desde luego, no son buenas noticias para el frente demócrata, que ve cómo se le escapa una de sus más claras opciones para atacar al adversario: la guerra de Irak. Una guerra que está por detrás de temas como la economía en la preocupación de los ciudadanos y votantes. Sin gloria ni triunfos, el Partido Demócrata prácticamente cerraba en la noche del martes su primer año en el poder en ambas cámaras del Capitolio desde 1994.
Si no de euforia, porque al fin y al cabo siguen llegando ataúdes desde el frente, el sentimiento es de cierto alivio. Todos los informes apuntan a un descenso de la violencia en el país árabe. El último de ellos, un documento de 60 páginas del Pentágono titulado Medida de la estabilidad y la seguridad en Irak referido a septiembre, octubre y noviembre, destaca "progresos significativos en cuanto a la seguridad, una dinámica de reconciliación en lo local y provincial y progresos económicos".
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