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Movimientos en las grandes empresas

César Alierta refuerza su poder en la dirección y en el consejo de Telefónica

El presidente nombra un consejero delegado y provoca la salida de su 'número tres'

Ramón Muñoz

El presidente de Telefónica, César Alierta, se siente más fuerte que nunca siete años después de acceder al cargo. La compañía presenta unas cifras espectaculares. Es la segunda empresa de telecomunicaciones del mundo que más dinero gana (tras China Mobile), la cuarta que más vale en Bolsa y la cotización este año ha subido un 36,5%.

Con ese bagaje, Alierta se ve suficientemente seguro para adoptar dos decisiones que refuerzan su poder en la compañía y garantizan su permanencia al frente de la misma, reorganizando al mismo tiempo el consejo de administración y la cúpula directiva.

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El fichaje como consejeros independientes de sus amigos Manuel Pizarro y Javier de Paz, de marcada y opuesta adscripción política, le garantiza un apoyo mayor aún dentro del máximo órgano de gobierno de la compañía. Y, en cierta forma, le vacuna también de cara a las elecciones generales de marzo de 2008, sea cual sea el resultado de las mismas.

En segundo lugar, el nombramiento de Julio Linares como consejero delegado de la operadora, un cargo que estaba vacante desde la salida de Fernando Abril Martorell en 2003, ha provocado una esperada reacción de la salida de la compañía de António Viana-Baptista, el máximo responsable de todo el negocio tanto fijo como móvil de España y hasta ahora número tres del grupo.

Viana-Baptista, uno de los pocos hombres del equipo del anterior presidente Juan Villalonga que había permanecido en la compañía, ha entendido el nombramiento de Linares como un desaire personal, y ha decidido marcharse.

El directivo portugués aspiraba a número dos y, según algunos directivos, no ocultaba sus ansias sucesorias a la presidencia. Alierta prefería a Linares, un histórico de la compañía de la que se conoce hasta la última gotera, como mano derecha. Con Linares, comparte modos y maneras de gestión, más apegados al estricto negocio, y con menos veleidades internacionales que las de Viana-Baptista.

Los inicios de la carrera profesional de Viana-Baptista en el grupo fueron fulgurantes. Llevó a cabo la Operación Verónica, para la toma de control de todas las participadas latinoamericanas. Y ya como máximo responsable de la división de telefonía móvil en todo el mundo, cerró la adquisición de las filiales de BellSouth, que dieron a Telefónica su actual liderazgo.

Una vez completadas estas operaciones, Alierta prefirió tenerle cerca y encomendarle todo el negocio nacional de fijo y móvil como director de Telefónica de España. Viana-Baptista no tardó en chocar con Julio Linares, un histórico de la compañía, que había sido aupado a un cargo de nueva creación (la dirección general de Coordinación, desarrollo de negocio y sinergias) y sin aparente contenido.

El directivo portugués no se sentía tampoco a gusto con sus funciones. En realidad, el día a día de la compañía, "vender ADSL puerta por puerta", estaba en manos de sus segundos: Guillermo Ansaldo, como consejero delegado del negocio de fijo, y de Belén Amatriaín, según señalan en fuentes de la compañía. Consecuentemente, Ansaldo le sucederá en el cargo al frente de Telefónica de España y Amatriaín será la número dos.

En cuanto al consejo, la entrada de Pizarro, afín a las tesis del PP, y a De Paz, íntimo del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, tiene más calado de lo que se pensaba en un principio. Ambos formarán parte de la Comisión Delegada, el organismo encargado de preparar los consejos e integrado por nueve consejeros. Pizarro, ex presidente de Endesa, y De Paz, presidente de Mercasa, sustituyen a Enrique Used y Maximino Carpio.

El nombramiento de un consejero delegado ha supuesto también un cambio organizativo de forma que las tres unidades de negocio -España, Europa y Latinoamérica- que ahora dependían de Alierta, lo harán ahora de Linares, aunque el presidente mantendrá el máximo poder ejecutivo. Europa será dirigida a partir del 1 de enero por Matthew Key, tal como se acordó en el anterior consejo, y José María Álvarez Pallete seguirá al frente de Telefónica Latinoamérica.

De Linares dependerán también cuatro direcciones de apoyo: operaciones que dirige Alfonso Alonso; innovación y desarrollo de negocio, con Sohail Qadri; planificación, presupuestos y seguimiento con Laura Abasolo y recursos humanos con Óscar Maraver.

De Alierta, depende Linares; el director general de Finanzas, Santiago Fernández Valbuena, y las dos secretarías generales, la jurídica y del consejo con Ramiro Sánchez de Lerín y la Técnica con Luis Abril.

Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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