Favorecer al coche y perjudicar al tren
Renfe suprime el día 22 los expresos nocturnos a Oviedo-Gijón, Santander, Bilbao y San Sebastián-Irún, y lo hace con total nocturnidad. Ninguna información en estaciones ni a viajeros, sin justificación pública, sin alternativa válida ni equivalente, y también con cierta alevosía: justo al principio de Navidad, cuando más se usaban estos servicios y confundiéndonos con la apertura de la alta velocidad a Valladolid -apenas un tercio del trayecto-, como si ese ahorro pudiera compensar las cinco horas y pico que seguirá durando el recorrido de los trenes de día, un tiempo precioso que se duplica en ida y vuelta para quien haya de trasladarse por trabajo y que no se perdía gracias al viaje durante la noche. ¿Nos obligan a escoger otros medios de transporte más contaminantes y costosos? ¿Y a gastar la noche de hotel? ¿No está obligada Renfe a seguir cubriendo servicios imprescindibles entre grandes ciudades? Nadie nos explica de verdad las razones de esta decisión, y si fuese por déficit económico, ¿por qué no han estudiado seriamente cómo sacarlo a flote reduciendo costes, que es posible, haciendo publicidad atractiva, ya que utilizan un material móvil y una red que hemos pagado entre todos? Cuando la alta velocidad se acerque a la cornisa cantábrica se podría hablar de otro servicio. Ahora es muy prematuro, medioambientalmente improcedente y un fraude en las obligaciones de Renfe.