Un secreto a voces

Todo por el espectáculo. Si por algo es conocida la NBA, la mejor Liga de baloncesto del mundo, es por hacer del deporte de la canasta un absoluto show, un entretenimiento en el más amplio sentido de la palabra. Los estadounidenses no acuden a las canchas sólo a ver cómo gana su equipo. Quieren más. Mascotas, animadoras, fast food... Todo está dispuesto para que el espectador se divierta. David Stern, el comisionado de la NBA, tiene muy acusado el sentido del negocio y su última medida no hace sino reflejarlo. Se le ha ocurrido que las instrucciones que dan los entrenadores durante los partidos también forman parte del espectáculo y deben ser retransmitidas. Y les ha puesto micrófonos.

"Va a ser difícil que no nos sintamos coaccionados", se queja Phil Jackson

Desde el 7 de diciembre, todo lo que los técnicos de la NBA le dicen a sus jugadores también les llega, al otro lado del cable, a los espectadores de las cadenas que retransmiten los partidos: ESPN, ABC y TNT. Millones de televidentes escuchan las broncas que Greg Popovich, entrenador de San Antonio, les echa a sus jugadores; los sabios consejos de Phil Jackson a sus pupilos de Los Ángeles Lakers o las encendidas arengas de Isiah Thomas a unos Knicks que no atraviesan por su mejor momento. ¿Material de interés deportivo o intromisión profesional?

"Va a ser difícil que no nos sintamos coaccionados cuando tengamos que dar instrucciones en momentos tensos del partido", declaraba Phil Jackson tras conocer la medida. Para Pat Riley, el que fuera entrenador de los Lakers de los años ochenta, el creador del Showtime, el espectáculo debe permanecer dentro de la pista. Y sólo en ella. "Seguro que es bueno para la televisión, pero es una invasión en mi privacidad y en la del equipo", manifestó el ahora entrenador de los Heat de Miami. Más obediente se mostró el fogoso entrenador de Utah Jazz, Jerry Sloan: "No es de mi gusto, pero si se instaura, lo aceptaré".

Eso sí, para prevenir cualquier desliz que pueda comprometer la buena imagen de la Liga o de sus protagonistas, la NBA asegura que toda la información que se obtenga a través de los micrófonos será previamente editada y se emitirá con un breve retraso. Ya tuvo un susto la NFL, en la Superbowl del año 2004, con un célebre escarceo entre los cantantes Justin Tiberlake y Janet Jackson, que enseñó uno de sus pechos en plena actuación. David Stern no está por la labor de que le ocurra lo mismo en la NBA.

La mayoría de los entrenadores de las Ligas profesionales estadounidenses usan micrófonos. Sólo los espectadores de la WNBA, la Liga femenina de baloncesto, escuchan sus voces en directo.