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16ª jornada de Liga
Columna
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Ribelles y Coll

Enrique Vila-Matas

Viendo a Ronaldinho de suplente en campo contrario nos angustiaríamos menos si permitiéramos que nos ayudara el valioso don de la memoria y recordáramos que en el fondo todo es historia ya escrita y que una situación así no es nueva, tuvo lugar ya en el Barça en los tiempos de Helenio Herrera, hará pronto 40 años. Este genial entrenador era la perfecta mezcla (que hoy todo el mundo cree imposible) entre Mourinho y Rijkaard, pues tan maestro era en desviar la atención hacia él para que dejaran en paz a los jugadores (Mourinho) como en manejar con sabiduría y psicología el vestuario (Rijkaard).

En la temporada 58-59, cuando H.H. llegó al Barça, el gran equipo de estrellas de entonces jugaba muy bien en casa pero en campo enemigo su juego se veía siempre lastrado por algunos zánganos y perdía muchos puntos. Kubala, adorado por la afición, había entrado en un claro declive y no trabajaba nada en campo contrario. Y lo mismo pasaba con jugadores como Czibor, extraordinario en el Camp Nou, pero de ideas aristocráticas en terreno enemigo. Helenio Herrera tomó muy pronto la decisión de alinear en campo contrario a un equipo distinto del de casa, y pasó a incorporar a algunos obreros del fútbol, jugadores -espero que aún no olvidados- como el uruguayo Villaverde, o como Ribelles y Coll, canteranos y trabajadores natos. Al principio nadie entendía que teniendo para elegir entre tantas estrellas, en campo contrario mister H.H alineara a jugadores muy modestos. Pero es que tampoco entendían que hubiera inventado el extremo falso, hoy tan en boga. Por suerte, pronto se vio que Herrera había creado un equipo muy férreo y efectivo que en los terrenos adversarios no estaba para florituras. Todo el peso del equipo, por otra parte, comenzó a recaer en un jugador más efectivo que brillante y que ha sido el mejor futbolista español de todos los tiempos: Luisito Suárez.

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Hoy Luisito Suárez es Iniesta. Por otra parte, como falso extremo, Iniesta se parece mucho a Ribelles y Coll. Y Ronaldinho es Kubala. En realidad, demostrando que la historia se repite, lo que estamos viendo últimamente es que Iniesta -que absurdamente todavía no es para los periodistas europeos una gran figura mundial- ha sustituido en su posición a Kubala -o a Ronaldinho, si se prefiere- y eso nos ha permitido mejorar mucho. Aunque no nos conviene echar las campanas al vuelo, pues, por un lado, Ronaldinho, con su trotar lento y kubalesco, puede volver al equipo en cualquier momento, y más ahora con la lesión de Messi. Y, por el otro, hasta que no se demuestre lo contrario, el Barça en esta Liga sigue siendo una formación que no gana nunca fuera, salvo cuando se enfrenta a los apocados equipos de la ciudad de Valencia.

Toda esta semana tendremos el debate pesadísimo de si ante el Real Madrid ha de jugar Kubala, quiero decir Ronaldinho. Y al paso que vamos, puede que termine la temporada y aún sigamos destrozándonos con el debate. En realidad lo ideal sería que volviera mister H.H y así, sin perder a Rijkaard, contáramos también con la lógica obrera del pendenciero Mourinho. Pero ya que no puede volver don Helenio, tal vez entonces lo ideal sería que Ribelles y Coll iluminaran en las alineaciones hasta el final de la temporada al bueno de Rijkaard (cada vez me cae mejor) y pronto pudiéramos dejar al rancio Schuster y su visión castiza y violetera del fútbol a años luz de distancia.

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